La popular librería La Moderna Poesía, en la céntrica calle Obispo, de la Habana Vieja, hoy luce una imagen bastante plañidera y quienes conocieron su rostro de otra época, no pueden menos que lamentar el declive.
El deterioro es evidente, después de permanecer años cerrada. Las paredes interiores agrietadas, libros mojados y viejos guardados en cajas a la vista de los transeúntes que pueden apreciar el deprimente escenario a través de las vidrieras.
Durante mucho tiempo, la librería ganó popularidad entre los lectores cubanos, quienes acudían a ella para disfrutar de una oferta variada de editoras nacionales e internacionales. Además, el inmueble que la acoge muestra un llamativo estilo Art Decó.
Este se halla en la concurrida calle Obispo, esquina a Bernaza, y era propiedad del gallego José López Rodríguez, hombre de negocios muy conocido en la ciudad, pero por su alias de Pote, cuenta un resumen de una emisora local.
La edificación fue reconstruida originalmente en la década de 1930, cuando José López Serrano, uno de los herederos de Pote, obtuvo una licencia para el levantamiento de una nueva en la esquina actual, con una estructura de hormigón y muros de ladrillo.
Después de 1959, la edificación pasó a ser propiedad del Estado y comenzó a ser utilizada por entidades relacionadas con la comercialización del libro. En 1983, fue remodelado, y se le añadieron algunas oficinas, ocupó entonces su planta alta la Editorial Ediciones Cubanas.
Luego se incorporó al fondo de Medios Básicos del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Ciudad de La Habana y en 1995 se entregó a la Oficina del Historiador de la Ciudad, que inició sus obras de rehabilitación, como parte del proceso de reanimación de la calle Obispo.
La librería tiene cerca importantes puntos de atracción turística, el más próximo de ellos es el bar restaurante Floridita, mundialmente famoso gracias a que el escritor y periodista estadounidense Ernest Hemingway, acostumbraba visitarlo con regularidad para beber el daiquirí que se elaboraba en este lugar.
Ahora mucho tiempo parece haber pasado del esplendor de la zona, y la librería no es más que un punto olvidado en el alma de La Habana, cada vez más dañada por la dejadez de las instituciones y los cuerpos administrativos.
¿Qué opinas?
VER COMENTARIOS (11)Archivado en: