La dipirona o duralgina, el fármaco con mayor presencia en el botiquín de la familia cubana, costará entre 12.90 y 7 pesos en moneda nacional a partir de este 1ro de enero.
A pocas horas de implementar oficialmente la llamada Tarea Ordenamiento, Meisi Bolaños Weiss, ministra de Fianzas y Precios, explicó el costo asignado a los medicamentos para su venta minorista, a propósito de los cambios económicos que sufrirá el país. Las precisiones sobre el caso de la dipirona se produjeron en la Mesa Redonda del pasado 29 de diciembre.
De acuerdo con el Anexo III de la Resolución 345, publicada en la Gaceta Oficial No. 71, la dipirona o metamizol sólido de 500 mg, se encontraba por un valor de 47.80 MN por tres blísters o tirillas. A partir del revuelo suscitado en la población, el ministerio reevaluó el costo de muchos medicamentos, entre ellos los que dejarán de exportarse, 12 en su totalidad.
La titular agregó que el nuevo valor de la dipirona estará atravesado por diferentes factores como la presentación (gramaje y cantidad de tabletas por blíster) y si se trata de producción nacional o importación. En el último de los casos, el valor se incrementaría hasta un tope de 12.90 pesos cubanos.
Según Bolaños Weiss, el valor de los productos en las farmacias comunitarias depende, en el caso de los exportables, del costo en el mercado internacional.
"Cuando el medicamento, o el producto en sí, es exportable y transable, para que no se devalúe en el incremento de los costos, tiene que trasladar hacia la economía interna un valor proporcional al que presenta en el mercado internacional", dijo la ministra.
En el mismo programa televisivo, el doctor Emilio Delgado Iznaga, director de Medicamentos y Tecnología Médica del MINSAP, explicó que los precios anteriores se habían fijado "en base a las exportaciones de BioCubaFarma, pero ya no se exportarán (esos medicamentos) más", de ahí que 12 fármacos utilizados en procesos agudos y durante períodos cortos (antibióticos, analgésicos y antiparasitarios) no incrementen significativamente su valor.
Tal es el caso de la amoxicillina nacional de 500 mg, la cual apareció bajo un precio de 29 pesos en el primer listado, y en la última reevaluación se redujo su costo a 25 pesos cubanos la caja de dos blísters.
El año que recién concluyó estuvo signado por un profundo desabastecimiento en las farmacias comunitarias cubanas. Aunque Cuba no cuenta con bases de datos de acceso público que permitan a los ciudadanos conocer -desde la transparencia- el funcionamiento de sus instituciones, el director de BioCubaFarma, Eduardo Martínez Díaz, aseguró al diario Granma que el país “no contaba con la capacidad productiva para garantizar la demanda de dipirona”.
Según el funcionario, se requieren anualmente 600 millones de tabletas como mínimo para ofrecer una cobertura total de su consumo en la isla.
El “resuélvelo todo” o “quita dolor” de los cubanos es utilizado en muchos países como un potente analgésico, antipirético y espasmolítico. Sin embargo, desde que se descubrieran sus efectos tóxicos en la década del 70, su comercialización se ha prohibido en más de 30 países, entre ellos Estados Unidos, varios Estados de la Unión Europea y Japón.
En Cuba su distribución es regulada por prescripción médica y su costo se subsidia por el Estado. Sin embargo, al existir una industria biofarmacéutica profundamente deprimida, incapaz de abastecer su red minorista, el mercado negro ha jugado un rol vital en el acceso a este analgésico. Actualmente una caja de dipironas, de tres tirillas, puede alcanzar el precio de 60 pesos cubanos en el mercado informal.
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