El reconocido cantautor cubano, Carlos Varela, celebró el inicio de 2021 con un significativo fragmento de su canción “El niño, los sueños y el reloj de arena”, que alude directamente a la necesidad de un cambio, al tiempo que deseó a sus seguidores un feliz año nuevo y bendiciones.
“Aunque no me hago ilusiones / algo tendrá que cambiar / aunque yo sueñe canciones y otros prefieran callar”, escribió Varela en su perfil de Facebook. Pese a que Varela no aludió de forma directa a la situación en Cuba, así lo interpretaron decenas de personas en los comentarios a su publicación.
El fragmento escogido por Varela para celebrar el año nuevo en Cuba pertenece a su disco de 1995, Como los peces, considerado uno de los más importantes en la carrera discográfica del músico cubano.
"Esta es la historia de un niño que se detuvo a soñar /que sueña con ver un día que no acaba de llegar / pero sabe que hay otros que sueñan igual / porque tal vez un día ese maldito sueño / se puede volver real", dice también el texto al que remite el fragmento.
A comienzos de diciembre, Carlos Varela salió en defensa de los artistas que piden un aumento de libertades políticas, creativas y de expresión en Cuba. "Hay actores, músicos, teatristas, escritores, que solo piden y quieren respeto por sus ideas y por una necesidad de dialogar", declaró Varela en entrevista con CNN.
El importante trovador cubano refirió que la gente en Cuba no está encerrada en una burbuja de información que llega solo de una parte, y precisó que, gracias a las redes sociales, las personas se sienten en la isla cada vez más con derecho de expresar su criterio.
Previamente, el cantautor cubano había salido en defensa de los huelguistas de San Isidro en un contundente texto que lanzó interrogantes, reflexiones y conclusiones de fuerte implicación en las actuales circunstancias en la isla.
"¿Cuándo serán escuchados los nietos de Guillermo Tell?", se preguntaba Carlos Varela en un escrito donde levantó la voz en favor del arte, del derecho a disentir y de la libertad de expresión.
El músico dijo no conocer personalmente a ninguno de los huelguistas, pero partió de admitir que cualquier persona que esté dispuesto a morir por una causa merece ser escuchado con respeto. Por ese motivo, negándose a ser "cómplice del silencio del coro", se preguntaba: "¿Con qué derecho alguien puede decidir quién es artista y quién no? ¿Quién es cubano y quién no?"; "¿Será que tendremos que borrar de una vez la palabra DIALOGO del diccionario de cubanismos?".
Tras otras preguntas similares y una revisión con mirada crítica a los males que han caracterizado a la sociedad cubana de las últimas décadas, una de sus conclusiones era que no vive en la Cuba que soñó.
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