Un anciano cubano ex-combatiente de la revolución que trabajó en 23 zafras azucareras del país, denunció que vive en la extrema pobreza.
Un video compartido en Facebook por el “Observatorio Cubano de Derechos Humanos” muestra a Miguel Mariano Matos, de 79 años, hablando sobre la situación de su vivienda, en Baracoa, Guantánamo.
“El ciclón me barrió la casa y me encuentro en una situación pésima. Pensé que siendo combatiente de la revolución cubana, a estas alturas me atenderían con una vivienda”, afirmó.
El anciano jubilado aseguró haber luchado más de 12 años en la así denominada por el gobierno cubano “Lucha contra bandidos”, una guerra civil que involucró a muchos de los rebeldes originales de la revolución de 1959 que no estuvieron de acuerdo con el giro comunista del proceso.
Las imágenes muestran una casa de madera desvencijada con techos de planchas de metal o zinc donde se filtra el agua y viven 5 personas, incluyendo a Mariano Matos.
“Todo se me va en medicamentos, no me han atendido, los organismos que tienen que saber de esto lo saben, pero viene aquí siempre el que no se moja, y como no se moja, me dice que tengo que esperar y es mentira y mentira”, dijo el anciano en su triste declaración.
Para finalizar, el anciano subrayó que no le veía solución a su situación y que había perdido la esperanza de hacerse con una vivienda digna debido a las mentiras dichas por los funcionarios con lo que había tratado el tema.
La situación de Mariano Matos es la de muchos ancianos jubilados que trabajaron toda su vida al servicio del gobierno cubano persiguiendo el ideal revolucionario de construir una supuesta mejor sociedad, pero en la práctica han sido descartados con bajísimos retiros y cada vez más desamparo.
El llamado zar de la economía cubana, Marino Murillo, dijo públicamente este mes que “no es posible que toda la responsabilidad” de cuidar a los mayores de 60 años “caiga en el Estado cubano”, y añadió que la familia también debería ocuparse de ellos. Con estas palabras Murillo despachó a toda una población importante que habita el país.
Tras la crisis económica y la eliminación de los subsidios impuesta por la nueva unificación monetaria, la situación de estos ancianos ha empeorado, pues la mayoría no tienen acceso a divisas para comprar en tiendas en dólares y las ayudas que antes ofrecía el gobierno como los almuerzos sociales han subido de precio.
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