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Reynaldo Segura Ayala, joven cubano de 38 años, denunció a través de sus redes sociales la chequera de 79 pesos que recibe del Ministerio de las Fuerzas Armadas (MINFAR) debido a un accidente que sufrió mientras cumplía el servicio militar en el que perdió su mano derecha.
“El 14 de abril de 2003, a los 20 años, tuve un accidente en el servicio militar haciendo un ejercicio táctico con explosivo en el cual perdí mi mano derecha. Por el cual el MINFAR me dio una chequera de 79 pesos alegando que mi discapacidad era algo leve”, compartió Segura Ayala en un post publicado en su cuenta de Facebook.
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El monto de la compensación resultaba ridículo incluso antes de la entrada en vigor de la unificación monetaria conocida como “tarea ordenamiento” que elevó drásticamente el costo de vida en el país.
Segura contó que su madre escribió una carta al MINFAR unos años después del accidente, protestando por la cuantía de la ayuda recibida por su hijo. Como resultado de su gestión, el ejército cubano decidió ascender a 200 pesos mensuales la compensación que recibía.
“Mi madre le escribió al MINFAR unos años después de dicho accidente por la inconformidad de dicha chequera y los trabajos que estaba pasando yo, un joven con un futuro marchito lleno de daños físicos y sicológicos. La respuesta que recibió fue una ayuda de 200 pesos por la oficina de atención a los combatientes”, explicó Segura.
Aun así, la cantidad de 200 pesos resultaba claramente inferior al salario mínimo estipulado antes de la entrada en vigor de la “tarea ordenamiento”. Pasado el 1 de enero de este año, y ya en vigor la unificación monetaria, el salario mínimo fijado por el gobierno es de 2.100 pesos cubanos. Si comparamos esta cantidad con la chequera de Segura, este cobraría el 10% del salario mínimo.
“Todos estos años he trabajado duro para sostener mi vida, me he superado con mucho sacrificio pero siempre con el dolor en mi alma de que valoraran tan poco el hecho de haber perdido una mano cumpliendo con una tarea de la revolución”, lamentó el joven mutilado.
Sin embargo, la situación es todavía peor, porque, al acercarse al banco a comienzos de este año, Segura comprobó asombrado que su pensión de invalidez volvía a ser de 79 pesos, en vez de los 200 que venía cobrando.
Al parecer, con la “tarea ordenamiento” ocurrió algo que esfumó la ayuda que antes se le había concedido y, lejos de actualizarse a los precios y salarios de la nueva realidad de la economía cubana, su compensación económica volvió a ser la misma del año 2003.
“Hoy se hace un ordenamiento económico (y) me quitan la ayuda de los 200 pesos. Cuando voy al banco a cobrar por la nómina electrónica la cajera me comenta ‘señor, debe haber un error, solo tiene depositado 79 pesos’. Con mi frente bien en alto le respondí ‘no mi vida, ese es el valor de una mano de un joven que la perdió cumpliendo un ejercicio en preparación para la defensa de su patria”, compartió Segura Ayala.
¿Qué puede hacer un cubano hoy día con 79 pesos? Desgraciadamente, la respuesta la tiene un usuario de Twitter que le contesta: “Me da mucha pena amigo, creo que le alcanza para una pizza”.
“Díganme si es justo”, pregunta Segura Ayala en su denuncia. “Estar pasando desde los 20 años de edad este humillación física, económica y sicológica. Solo quiero darle un ejemplo de altruismo, valores y humildad a mi hijo. Espero respuesta... Atentamente un padre de familia que no mendiga, solo reclamo mi derecho”.
Ante esta denuncia, CiberCuba se puso en contacto telefónico con la Dirección Nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, órgano del MINFAR que atiende a los veteranos y damnificados del ejército, entre otros cometidos. En sus Estatutos incluye la labor de "apoyar las gestiones de los miembros con mayores dificultades de salud, económicas o sociales".
Preguntados por la situación, si se conocía de más casos parecidos y si todo ello podría tratarse de un error, el oficinista contactó con algún responsable que no quiso identificarse y que se desentendió de responder, contestando en malas maneras que el afectado debía dirigirse a la Asociación de Combatientes de su municipio y su provincia. Al querer recabar más información, el funcionario a las órdenes del General de División Samuel Rodiles Planas cortó la comunicación.
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