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Estados Unidos condenó la represión desatada por el gobierno ruso en ciudades de todo el país contra manifestantes y actores de la sociedad civil que protestaron contra la detención y procesamiento del opositor Aleksey Navalny.
El empleo de tácticas duras contra manifestantes y periodistas este fin de semana fue condenado en una nota emitida por el Departamento de Estado, en la que se hizo un llamado a las autoridades rusas para que se liberen al opositor y a los detenidos durante las protestas.
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“Antes de los eventos de hoy [por ayer], el gobierno ruso trató de suprimir los derechos de reunión pacífica y la libertad de expresión hostigando a los organizadores de protestas, amenazando las plataformas de redes sociales y arrestando preventivamente a posibles participantes”, denunció el Departamento de Estado en su declaración.
Transcurridos apenas tres días desde la toma de posesión de Joseph R. Biden, la nueva administración estadounidense se estrena en las declaraciones de condena contra actos represivos del gobierno ruso. La violencia desatada ayer, “sigue a años de endurecimiento de las restricciones y acciones represivas contra la sociedad civil, los medios independientes y la oposición política”, señalaron los actuales responsables de la diplomacia estadounidense.
La llegada de Navalny a Moscú causó su arresto inmediato por parte de las autoridades, quienes alegaron que el opositor había vulnerado los términos de una sentencia anterior al haber viajado a Alemania. Su arresto provisional por 30 días ha causado el rechazo enérgico de la comunidad internacional y de buena parte de la sociedad civil rusa.
Después de su convalecencia de cinco meses en Alemania, debida al envenenamiento que sufrió por parte de los servicios secretos rusos en un viaje que realizó a Siberia, Navalny decidió regresar a su país y continuar su activismo político en contra de Putin, a pesar del riesgo evidente que ello supone a su integridad física.
La decisión ha sido reconocida como un acto de valentía y determinación, tanto por sus seguidores, como por muchos otros ciudadanos que están descontentos con la corrupción y el orden de cosas que impera en el país. Decenas de miles de ellos salieron a las calles para exigir la liberación de Navalny, de 44 años, quien ha movilizado a amplias capas de población, sobre todo entre los más jóvenes, a través del uso de redes sociales.
Como ejemplo de sus mensajes críticos que encuentran eco en una población cansada de la corrupción de sus élites, el video donde denuncia el palacio construido para Putin en el Mar Negro, que alcanzó 44 millones de visionados en Youtube en 48 horas.
“Los continuos esfuerzos para suprimir los derechos de los rusos a la libertad de expresión y reunión pacífica, el arresto de la figura de la oposición Aleksey Navalny y la represión de las protestas que siguieron son indicios preocupantes de nuevas restricciones a la sociedad civil y las libertades fundamentales”, indicó el Departamento de Estado, preocupado entre otros asuntos por la creciente censura y control de las redes sociales por parte del Kremlin.
La censura ejercida por el régimen de Putin llevó al regulador de telecomunicaciones a lanzar una advertencia a los ciudadanos por no estar autorizadas las manifestaciones y a amenazar a TikTok, Facebook, Instagram, Facebook o Vkontakte con duras multas y con vetarles en Rusia, según el diario El País. Además, la policía rusa detuvo el pasado jueves a varios colaboradores del activista.
“Los derechos de los rusos a reunirse pacíficamente y a participar en elecciones libres y justas están consagrados no solo en la constitución del país, sino también en los compromisos de Rusia con la OSCE, la Declaración Universal de Derechos Humanos y sus obligaciones internacionales en virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Derechos”, recordó la diplomacia estadounidense en sus declaraciones.
Asimismo, el Departamento de Estado instó a las autoridades rusas a cooperar plenamente con la investigación de la comunidad internacional sobre el envenenamiento de Aleksey Navalny y a explicar de manera creíble el uso de un arma química en su territorio.
“Estados Unidos estará codo con codo con nuestros aliados y socios en la defensa de los derechos humanos, ya sea en Rusia o donde sea que estén amenazados”, concluyó el mensaje de denuncia emitido por los responsables de la diplomacia de la nueva administración.
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