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El actor cubano Jorge Losada necesita medicamentos para contrarrestar una "gran anemia" que le detectaron, alertó el director de arte Luis Lacosta Alverich.
"Salió muy bien de la operación, está confrontando problemas, se le ha detectado una gran anemia a pesar de alimentarse diariamente, parece que su organismo tiene algún problema y le han mandado a tomar Inferón y Trofin u otro medicamento para que pueda salir de la anemia", escribió Lacosta Alverich en su muro de Facebook.
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Inmediatamente varias personas reaccionaron a la publicación, mostrando solidaridad con el actor y proponiendo ideas para que llegara con prontitud los medicamentos.
"En el salón de espera del aeropuerto hay estantes llenos de Trofin, un líquido con suplemento de hierro de alta compatibilidad en sangre, de producción nacional. Hay Trofin, pero destinado a los que tienen dólares", escribió Manuel Iglesias Pérez.
Otros se ofrecieron a darle la medicina de manera voluntaria, como Suyen Tartabull Valdés, residente en Guanabacoa, que tiene un frasco de Trofin en su casa.
En los últimos años en Cuba existe un déficit de medicamentos, que las autoridades justifican con el difícil acceso de las materias primas en el mercado internacional, las sanciones económicas impuestas por el Gobierno de Estados Unidos y las restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus.
Ante esto la prensa oficial promueve el uso de la medicina natural y tradicional como alternativa ante la ausencia de medicamentos.
Los antibióticos orales, analgésicos, antiinflamatorios, antihistamínicos y ansiolíticos son los más escasos en este momento en todo el país.
Ante el déficit nacional, los cubanos deben pagar más por los medicamentos que se venden en el mercado informal o comprarlos en dólares en las farmacias internacionales, a precios que son inaccesibles para muchos ciudadanos.
Jorge Losada (1933) se graduó de Bachelor of Arts en Texas, Estados Unidos, y diplomado de la Academia de Arte Dramático de La Habana. Su trabajo actoral, que comenzó en los años 50 como declamador en la radio, incluye además al teatro, el cine y la televisión.
En la década del 80, realizó una importante labor como comediante para el Teatro Musical de La Habana. Formó parte del conjunto de actores del programa humorístico Pateando la lata, durante cuatro años. Su carrera en el cine se inició en 1964 con el filme cubano-soviético Soy Cuba, considerado una de las producciones cinematográficas más importantes de la isla.
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