En una rectificación a recientes medidas sobre el trabajo privado en Cuba, el viceministro de Cultura, Fernando Rojas, aseguró que el gobierno autorizará los estudios de grabación de sonido y edición de música como parte de las actividades por cuenta propia que los cubanos pueden realizar.
Rojas informó en el espacio de la Mesa Redonda de este jueves que hubo un error en la lista publicada por el gobierno de las actividades y negocios privados que no se permitirían, y que este error incluía los estudios de grabación, los cuales sí se permitirán.
El funcionario agregó que las autoridades mantendrán el enfoque de priorizar los “sellos editoriales” discográficos como Egrem o Colibrí, pero que estos debían “encadenarse” con los nuevos estudios privados que se autorizarán.
La lista de las prohibiciones al trabajo por cuenta propia publicada este miércoles 10 de febrero por el Ministerio del Trabajo incluía la “Producción audiovisual y cinematográfica, actividades de grabación de sonido y edición de música, excepto la operación y/o arrendamiento de equipamiento para la producción artística, Agente de selección de elenco (casting), Auxiliar de producción artística. (5911)”.
En cuanto a la producción cinematográfica, Fernando Rojas añadió que esta prohibición también se trató de un error, pues el propio ICAIC se pronunció para aclarar que la producción audiovisual y cinematográfica independiente se ampara en el Decreto Ley 373 y sus normas complementarias, las que autoriza estas actividades legalmente pero bajo definición de los cineastas como artistas en lugar de trabajadores por cuenta propia.
El Decreto Ley reconoce estas actividades como una forma de “gestión no estatal”, es decir, privada, y establece la figura legal similar a la del carnet del registro del creador para los artistas independientes, que les otorga un mecanismo legal para realizar actividades económicas y pago de impuestos.
Sin embargo, estas actividades han sido coartadas por el propio decreto 373 y el 349, los cuales han encontrado fuertes resistencia entre la comunidad artística independiente, porque utiliza los derechos económicos para reprimir la libertad de expresión y criminaliza todo arte o cine que se realice por personas que no obtengan estas credenciales.
Entre las contravenciones que imponen estos decretos se encuentran las que limitan el tratamiento de contenidos como “símbolos patrios” y “líderes del gobierno”, así como otras actividades que el gobierno pueda considerar subversivas.
Fernando Rojas afirmó también que las autoridades estaban intentando llegar a un consenso con respecto a la autorización de las galerías privadas para la venta de arte, pero que esta actividad aún se encontraba prohibida.
El propio viceministro ha sido uno de los artífices de la represión cultural, protagonizando varios debates en defensa de los decretos gubernamentales, al mismo tiempo que adquiere pose de liberal en términos económicos, al mostrarse de acuerdo con la liberalización de ciertas actividades privadas como las anteriores, pero con condiciones ideológicas.
Rojas también protagonizó junto a Alpidio Alonso, el ministro de Cultura, el incidente represivo en el que una turba de funcionarios del Mincult agredieron físicamente a jóvenes artistas que se manifestaban pacíficamente en frente del recinto ministerial el pasado 27 de enero, y que ha desatado una campaña legal para exigir la dimisión del cargo de Alonso.
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