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El popular Parque José Martí de La Habana, que años atrás era una de las más importantes instituciones deportivas de la capital, continúa su marcha indetenible hacia el deterioro total, la soledad y el olvido.
Así lo constató personalmente Anairis González Barriga, locutora y presentadora en el ICRT, quien consiguió permiso para entrar al lugar y recorrerlo a fondo.
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El resultado de su visita fue muy triste, tal como relató en la cuenta de Facebook del usuario 'Fotos de La Habana'.
"Las cubiertas emblemáticas del estadio se resisten al salitre, el viento y el paso de los años, sin rencor a ese proyecto de remodelación que nunca llegó. Aun en ruinas y con amenazas de demolición es un lugar hermoso, nostalgia para muchos capitalinos y cubanos. Por si mañana no están que sirvan estas fotos para recordarle", detalló, junto a varias fotografías que muestran el grado de deterioro de la instalación.
González Barriga recordó que el Complejo Deportivo José Martí, como es su verdadero nombre, fue inaugurado en la década del 40 y en 1960 fue remodelado por el arquitecto Octavio Buigas.
"El estadio, desde donde se podía disfrutar lo mismo de una competencia deportiva que de un espectáculo del mar, contaba con unas gradas para 3150 espectadores, provista de una cubierta ligera en forma de bóveda", precisó la presentadora.
"Luego de la celebración de los Juegos Panamericanos en 1991, que se le hicieron remodelaciones parciales no volvió a prestársele atención al lugar. En el año 2000 las autoridades determinaron cerrar la instalación por el daño profundo de sus estructuras", concluyó.
En el Parque Martí se podían practicar disciplinas como atletismo, fútbol y béisbol, y además tenía un gimnasio para lucha y boxeo, así como un tabloncillo para jugar baloncesto.
Situada frente al malecón ―lo cual ha contribuido aún más a su deterioro― , la instalación contaba con un complejo de piscinas para natación, clavados y polo acuático, que hoy son unas auténticas ruinas.
En 2019, con motivo del 500 aniversario de la fundación de La Habana, las autoridades decidieron "maquillar" sus alrededores, mediante la colocación de una hilera de bancos frente al mar y la construcción de un muro blanco con el se intentaba disimular el daño constructivo del interior.
El nuevo muro solo consiguió resaltar aún más el contraste con el estado en que se encontraban las gradas.
El Martí era una institución casi tan importante como la Ciudad Deportiva, pero debido a la falta de mantenimiento se ha ido degradando hace varias décadas, ante la desidia del gobierno, que no ha hecho nada por impedir su muerte.
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