La activista cubana por los derechos de los animales, Beatriz Batista, presentó este viernes una demanda penal en la estación de policía habanera de Zapata y C por el delito de amenaza.
“Las autoridades ya tienen conocimientos de los mensajes que han llegado a mi teléfono móvil para hacerme «sentir miedo» y donde se afirma que dicho sujeto va a atentar contra mi integridad física”, escribió la activista en Facebook.
“Mi «protección» está en manos de la PNR y la Seguridad del Estado”, agregó Batista.
Este jueves, la activista denunció en Facebook que una persona identificada como Ramón Jiménez, un presunto criador de gallos de pelea, la había amenazado a través de mensajes enviados a su teléfono.
Batista publicó dos de los mensajes en Facebook, donde el tal Jiménez la acusaba de ser agente agente de la Seguridad del Estado y la amenazó con que “un amigo iría a visitarla” por su trabajo como activista.
En adición, la defensora de los derechos de los animales también denunció que había recibido un tercer mensaje de amenaza antes de realizar la denuncia , donde se leía su “nombre completo con la dirección de su casa y otros calificativos despectivos”, aseguró.
“No me van a silenciar, y ante cada amenaza tengo mayor fuerza para seguir luchando por el Bienestar Animal en mi país y en contra de los crímenes y abusos que se cometen”, concluyó la valiente joven.
Beatriz Batista es una de los activistas cubanos que el pasado 19 de febrero se manifestaron frente al Ministerio de la Agricultura en La Habana para exigir la aprobación del decreto ley de Bienestar Animal.
Aunque la activista no tiene las herramientas para averiguar quién es el verdadero responsable de los mensajes que la amenazan, cabe sospechar que la propia Seguridad del Estado esté detrás de estas acciones.
No es la primera vez que este cuerpo represivo utiliza a presuntos criminales o dueños de negocios ilegales para amenazar a activistas y opositores. Durante el sitio de San Isidro, una persona agredió a botellazos la sede de Damas 955, donde se encontraban los huelguistas, bajo el pretexto de que el artista Luis Manuel Otero estaba poniendo “malo” el barrio para sus negocios.
Varios integrantes del movimiento animalista han sido amenazados bajo este método, como es el caso del rapero Omar Mena y su esposa Leydi Laura Hernández en Villa Clara, quienes han enfrentado desde el asesinato de sus perros, hasta el acoso de mensajes que amenazan a la pareja de muerte.
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