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Descemer Bueno: "Cuando la libertad sea realidad y no un sueño, volveré a cantarle a mi pueblo así de cerca"

El artista recordó uno de sus últimos conciertos en La Habana.

Concierto de Descemer Bueno en la escalinata de la Universidad de La Habana © Facebook del artista
Concierto de Descemer Bueno en la escalinata de la Universidad de La Habana Foto © Facebook del artista

Este artículo es de hace 3 años

El cantautor cubano Descemer Bueno recordó con nostalgia uno de sus conciertos masivos en la escalinata de la Universidad de La Habana y señaló que cuando la libertad ya no sea un sueño, volverá a cantarle a su público de la isla.

"Hace ya varios años me presentaba ante este público enorme en uno de mis conciertos en la escalinata de la Universidad de La Habana. Sé que algún día cuando la libertad sea realidad y no un sueño, volveré a cantarle a mi pueblo, así de cerca", escribió el artista junto a varias fotos del concierto, abarrotado de personas.

En julio pasado, Descemer tuvo un radical cambio de postura política y llamó al gobierno cubano "delincuentes y racistas". Desde ese momento, ha mantenido un fuerte enfrentamiento al régimen, exponiendo públicamente arbitrariedades cometidas contra su familia y contra los cubanos en general.

El pasado febrero se sumó a la canción Patria y Vida, que ha tenido una fuerte repercusión y ha dejado expuesto al gobierno ante la mirada internacional.

Esta semana durante un encuentro con el alcalde de Miami Francis Suárez, la activista Rosa María Payá, Enrique Santos y Gente de Zona, Descemer confesó que la canción "Patria y Vida es como el despertar para mí".

"Canciones como estas le dan un golpe fuertísimo al sistema", aseguró el autor de Cuando me enamoró.

"Esta canción es como el despertar para mí. El talento no solo es para el entretenimiento y lo que la gente quiere para ser feliz. También se puede poner en función de cosas importantes e interesantes como un mensaje para que la gente se levante", expresó.

Descemer también dijo que su familia "ha sufrido muchísimo" y confesó que le costó mucho romper su silencio: "A nosotros nos desalojaron en el año 1992. Somos una familia de albergues. A mí me hubiera gustado hablar. Tuve mucho miedo de decir las cosas antes porque yo no sentía que el mundo estaba preparado para dar un paso como ese".

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