La desesperación de los familiares de los dos niños reportados como desaparecidos junto a su madre tras un naufragio de balseros en Bahamas, crece conforme pasan las horas.
Los hechos siguen sin estar claros y la familia denuncia que las autoridades bahameñas no permiten que los sobrevivientes den pistas sobre lo sucedido.
“Por alguna razón las autoridades de Bahamas no están dejando que los cubanos se estén comunicando con su familia”, dijo la abuela de los niños, Dayamante Caballero.
En entrevista con Juan Manuel Cao, Caballero criticó la poca transparencia de las autoridades de ese país antillano que, según precisa, estarían impidiendo que los balseros que se encuentran detenidos allí hablen de forma detallada con sus familias sobre las circunstancias de la tragedia.
“Están apareciendo personas de mi pueblo y Lisbethy y los niños no aparecen”, dice entre lágrimas la mujer, que se refirió a una joven que acompañaba a la madre de sus nietos, y que sí se encuentra entre los sobrevivientes confirmados.
Caballero explica que hasta el momento solo sabe que la madre de sus nietos, Lisbethy Alfonso Aborresco, de 28 años y residente en Caibarién, salió el viernes hacia Sagua La Grande, y que desde Sagua partieron el lunes rumbo a Florida.
Dice que averiguaron con familiares de otras personas que alguien que los fue a recoger los había dejado en escondidos en Cayo Sal porque se había quedado sin combustible.
Cuando la lancha regresó, sería que vino en la embarcación la pareja de Lisbethy, Omar Figueroa, el único fallecido de forma oficial hasta el momento. Sin embargo, es a partir de ese punto que los hechos se tornan especialmente confusos.
No hay confirmación pública de la causa de la muerte de Figueroa, aunque hay referencia a una explosión y a dos mujeres que estarían ingresadas en un hospital de Bahamas con quemaduras.
“Aquí no se sabe nada. Todo es lo mismo. Nadie dice nada, nadie dice la versión que es, nadie quiere hablar”, dice ahogada por el llanto, desde Cuba, Beatriz Jiménez, madre de la joven desaparecida.
“Allá en Bahamas todo lo tienen oculto. A los que son sobrevivientes no los dejan hablar. No los dejan decir nada no sé por qué han estado ocultando información”, insistió también Beatriz.
Según el testimonio de la familia, los guardacostas de EE.UU. les dijeron que no es su jurisdicción y los de Bahamas explican que ellos ya estuvieron buscando en Cayo Anguila y Cayo Sal, sin que hayan encontrado hasta el momento personas con vida o restos mortales.
El exiliado cubano Ramón Saúl Sánchez, que acompañó a la familia en la entrevista, instó a que cualquiera que resida en Bahamas, navegue por sus aguas o disponga de alguna información, que se ponga en contacto con la familia o con las autoridades de inmediato.
Mientras tanto, la Real Fuerza de Defensa de Bahamas (RBDF) publicó recientemente imágenes de un grupo de 18 balseros cubanos a su arribo a la Base de Coral Harbour de ese país, el pasado domingo.
Según una publicación de ese organismo, los balseros fueron aprehendidos en dos operativos diferentes, en un esfuerzo conjunto llevado a cabo en el Sur de Bahamas por miembros de la RBDF, Operación Bahamas, Turcas y Caicos (OPBAT) y la Guardia Costera de Estados Unidos.
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