Yasser Blanco, un cubano residente en EE.UU. aficionado a los autos, ha relatado cómo recién llegado a ese país en 2019 se decidió a arreglar un carro que iba a ser vendido como chatarra.
Aunque muchos consideraron que era una locura él asegura haberlo disfrutado al máximo.
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Blanco se decidió a compartir en el grupo de Facebook "Amigos del Motor" la historia de la resurrección de un carro condenado a muerte, que acompañó de imágenes que dejan constancia del proceso de reparación del vehículo, un Ford Explorer del 2006.
“Haciéndose idea de que está soldando un almendrón”, comenta de forma jocosa su hermano, en un pequeño video que Yasser Blanco adjuntó a su relato.
“Resulta ser que llegué a este gran país un día 7 de Julio de 2019, y el mismo día que llegué la mamá de mi primo chocó este carro”, relata Blanco, que añade que luego de bañarse, afeitarse y hablar con la familia -porque había salido de Cuba en abril y había mucho por contar- vio el carro, que lo iban a vender para chatarra por 200 dólares.
“Y yo dije asombrado, ¿en serio? Na’, ustedes se están burlando de mí porque estoy acabado de llegar”, comenta Yasser, que precisa que tanto insistió que su familia acabó regalándole el carro.
“Pero no sin antes decirme loco y bla bla bla.. porque cómo iba un recién llegado a chapistear un carro y que eso era tremenda candela y que aquí no se estila eso, pues bueno, como todo buen cubano tarequeador de riquimbilis y almendrones, decidí después de tenerlo 3 meses bajo un árbol meterle mano y lograr mi resultado”, añade.
“No sé si esté bien para unos y mal para otros pero para mí siempre será el mejor porque fue el #1 que hice (el burro del norwest) Ford Explorer 2006 unlimited (edición limitada)”, sentencia orgulloso de su hazaña.
La anécdota de Yasser Blanco ha generado decenas de comentarios de felicitación por su esfuerzo, y no pocos le recomendaron que abra un taller.
Sobre su capacidad para reparar, inventar y reciclar, Blanco se encargó de aclarar que es una virtud que acompaña en general a los cubanos, donde quiera que estén.
“Yo no estoy escapao, escapao estamos todos los cubanos, que estamos fuera de liga, hacemos de donde no hay, la tiramos donde sea y como sea”, respondió a una de las felicitaciones.
Aunque es consciente de que en EE.UU. arreglar un vehículo sale más caro que comprar uno, confiesa que es algo que le gusta, que está en su ADN. "Te lo digo porque no es el primero ni el último que hago y siempre digo, no importa es para mí y lo disfruto al 100%", comenta.
"Sé que para muchos no vale la pena porque gastas más arreglando que lo que puedes recuperar después si lo vendes, pero solo lo hago como un hobby que tengo desde chamaco”, insiste el joven, que dice que va a armar un Chevrolet Bel-Air de 1957.
Yasser Blanco ahora tiene un Mustang porque el Ford del 2006 -que marcó su triunfal llegada a Estados Unidos- se lo regaló a su hermano quien se enamoró del vehículo. "Y quién mejor que él", concluye este cubano que pone en valor la capacidad de recuperar, rescatar, reciclar que, efectivamente, los cubanos viven como una cualidad intrínseca a su experiencia de vida.
Tras décadas de permanente y sostenida crisis "inventar”, “resolver”, “lucharla” -arreglar, reparar, innovar, reciclar- han adquirido un significado asociado a la sobrevivencia y también a una cualidad emprendedora de los cubanos, a menudo adornada de cierta picaresca insular, que los nativos de la isla llevan a cualquier sitio donde fijen su residencia.
Y como es de suponer, ningún lugar mejor que las carreteras cubanas para ver lo que puede una gran inventiva sazonada con mucho empeño y buena voluntad.
Mientras en 2019 Yasser Blanco arreglaba su Ford del 2006 en Estados Unidos, por esos mismos meses, causaba sensación en las redes sociales un Polaquito transformado en una cómoda y práctica camioneta, que circulaba por una provincia oriental del país. Cosas de cubanos.
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