La activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), Keilylli de la Mora Valle, fue excarcelada este miércoles tras pasar más de 10 meses en prisión de mujeres de la provincia de Cienfuegos.
La noticia fue confirmada por ella misma a través de una transmisión en directo vía Facebook presentada por José Daniel Ferrer, coordinador nacional de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), en la que detalló las vejaciones a que fue sometida en la prisión y reveló que en esos últimos diez meses había hecho dos intentos de suicidio.
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"Estuve siempre en un régimen cerrado hasta el día de hoy. Tuve que aguantar a presas que me gritaban 'opositora singada', disculpen la palabra. Venían a provocarme hasta a mi cama, tuve que aguantar a las guardias, un supuesto motín que decían que era por mi culpa", relató De la Mora.
"Puse carteles el 29 de octubre, estando el jefe de la cárcel allí, y me llevaron a una celda. De la forma en que me trasladaron me astillaron un diente. Tropas especiales (que acudieron para sofocar el motín) me llevaron hasta la celda como si fuera un puerquito, tapándome la boca", dijo.
De la Mora también contó que el pasado 22 de enero había hecho otro intento de suicidio para protestar por la vigilancia durante sus llamadas y los golpes recibidos: se enterró una aguja, fue traslada al hospital y estuvo 20 días en aislamiento.
Además, explicó que por órdenes de las autoridades de la prisión los teléfonos de su destacamento fueron retirados y ella culpada. "Las presas me cogieron un odio, no podían verme", afirmó.
"Estuve al límite, hermanos. Al límite de convertirme en una asesina", dijo la activista, al borde de las lágrimas.
"No le deseo esto a nadie. Sólo a los comunistas", añadió.
De La Mora Valle fue sancionada el 7 de mayo de 2020 a privación de libertad por los presuntos delitos de "propagación de epidemias", "desacato", "atentado" y "desobediencia", en un juicio sumario celebrado a puertas cerradas.
El 4 de junio, acabada de entrar a la cárcel, inició la primera de varias huelgas de hambre que sostuvo durante su encarcelamiento.
En la enfermería de la prisión, donde era tratada por psiquiatría, las autoridades carcelarias la mantuvieron esposada a la cama y sedada. Además, De La Mora ha denunciado que fue golpeada para evitar que protestara.
No se trata de la primera condena de la activista. En el 2019 fue condenada a diez meses de privación de libertad y recluida en el mismo centro penitenciario.
Su encarcelamiento generó la preocupación de organismos internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y de funcionarios del Gobierno estadounidense como Michael G. Kozak, subsecretario de Estado de EE.UU. para Asuntos del Hemisferio Occidental, y Mara Tekach, exencargada de Negocios de EE. UU. en Cuba.
En julio de 2020, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó medidas cautelares de protección a favor de la disidente cubana, tras considerar que se encontraba "en una situación grave y urgente".
De la Mora fue arrestada en abril de 2020, según Human Rights Watch por "no usar su mascarilla correctamente", y sentenciada a un año y medio de prisión por desacato, entre otras ofensas.
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