La popular actriz cubana Camila Arteche acaba de revelar a CiberCuba que se unirá a partir del próximo 20 de marzo al elenco de Mi robot sexual, la exitosa comedia de Alexis Valdés estrenada el pasado año y retomada hace apenas un mes en el Teatro Trail de Miami.
La obra, puesta en escena por Yusnel Suárez y el propio Alexis, con la producción de Claudia Valdés, acogerá a la también influencer cubana en el que será su debut en las tablas de la Ciudad del Sol.
“He actuado en otras urbes estadounidenses, pero nunca en Miami. No se lo he dicho a casi nadie, ni siquiera lo he publicado en mis redes sociales. Estoy ansiosa, nerviosa, trabajando muy duro y esperando que a la gente le guste mucho lo que haga. Me emociona pensar en el calorcito que el público me pueda dar. Lo estoy preparando con mucho amor”.
Aunque ha tenido muy poco tiempo para construir su personaje, Camila considera un súper privilegio el sumarse a “un elencazo” y contar con “un equipo maravilloso, que me apoya mucho”. Si bien lleva rato sin hacer teatro porque el sector artístico ha sido uno de los más afectados por la pandemia, le da mucha alegría volver, no solo por los actores, sino por muchos técnicos que dependen del teatro para vivir.
En opinión de la artista de 30 años, el teatro, que hace unas cuatro semanas reabrió sus puertas en Miami al 30 por ciento de su capacidad y tomando todas las medidas preventivas, es “una distracción que puede beneficiar mucho a la gente, sobre todo con esta obra que es extremadamente divertida y te hace pasar un buen rato. Después de tanta tristeza y tantas pérdidas que hemos tenido en el 2020 y en lo que va de 2021, esto es un regalo”.
Según adelanta Camila en exclusiva, interpretará a Julia, un robot sexual, y su mayor reto será precisamente el trabajo con “la parte física. Está demandando tremendo esfuerzo de mí ya que tiene mucho de ciencia ficción, pero debo lograr que se vea casi humana. Hacer teatro en cualquier lugar del mundo es durísimo. Requiere de mucho, mucho tiempo de ensayo. Es agotador y a la vez reconfortante”.
Rotundamente aceptada por el público, Mi robot sexual se presenta los sábados a las ocho de la noche y el domingo a las cinco de la tarde con las actuaciones de Mijaíl Mulkay, con quien Camila compartirá escena la mayor parte del tiempo; Alina Robert, “que es una amiga a la que adoro y a la que le debo estar en esta obra”; Alejandro Dávalos, “un actor argentino súper experimentado” y Zajaris Fernández, “que es la actriz con la que voy a alternar”.
Al decir de Camila, la presión siempre está, sea un reestreno o no, pero el humor es un terreno que le encanta, a pesar de que sea uno de los géneros más difíciles de interpretar. “Disfruto mucho lo que puede surgir en escena. Esta es una obra que ya está montada, muy ensayada, muy engranada, y ahora entro yo a montarme en ese engranaje a ver qué pasa”, explica entusiasmada.
¿Cuánto tiene que ver contigo esta comedia futurista que defiende que las mujeres somos más que una máquina sexual? -le pregunto, sabiendo de antemano el compromiso que tiene con la lucha por la equidad de género.
Mucho. Se trata de un papel que hace una denuncia a la forma en que muchas personas ven a las mujeres actualmente, como un ama de casa y un objeto sexual. Hay sectores en los que todavía se nota la desigualdad. Me identifico sobre todo con el final de la obra, en el que mi personaje cambia totalmente y descubre lo que han pasado las mujeres en la historia de la humanidad para llegar adonde están y todo lo que les falta por lograr.
¿Crees que alguna vez un robot pueda sustituir al ser humano?
Para nada. Está el tema de las emociones, que no creo que ningún robot nunca pueda imitar. El calor humano es insustituible, así como nuestros sentimientos y las conexiones que logramos unos con otros.
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