El periodista independiente Héctor Luis Valdés Corcho fue liberado esta tarde luego de la detención violenta a la que fue sometido por un grupo de agentes del orden que, sin identificarse, lo insultaron por su orientación sexual, rasgaron su ropa y lo empujaron hasta una patrulla.
La detención de Valdés Corcho sucedió a raíz de los reclamos que un grupo de periodistas independientes realizaran en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX), para conocer detalles sobre la situación que atraviesa una colega, Karla Pérez, imposibilitada de regresar a su país por órdenes del gobierno cubano.
"Cuando decidí regresar a mi casa, subiendo por Avenida de los Presidentes, más conocida como Calle G, iba en ese momento hablando con mi pareja cuando dos oficiales de la Seguridad del Estado, sin identificarse siquiera, me dicen que tenía que acompañarlos. Solo me dio tiempo avisar a mi pareja de lo que estaba ocurriendo. Al negarme, como es lógico, a acompañar a dos sujetos desconocidos, sin identificarse, me llamaron a dos oficiales uniformados que se encontraban parqueando la patrulla 370 a unos metros de mí", detalla el reportero de ADN Cuba en su página de Facebook.
Los episodios de violencia policial no son novedad en un contexto como el cubano, donde el gobierno acude a su aparato represivo para silenciar el discurso de la oposición.
"Fui trasladado de la peor manera hacia Zapata y C, como un delincuente, un asesino, o como la peor escoria que pueda existir. Me agarraron por el pulover, me empujaban, me gritaban, me ofendían por mi orientación sexual, por amar a una persona de mi mismo sexo; por amar", indicó Valdés Corcho.
"En la unidad no fui un ciudadano, para ellos fui un perro, alguien que no merecía ni el aire que respiraba. Ni siquiera me miraban, tampoco quería que lo hicieran. Por primera vez pensé en escapar, huir, perderme o sencillamente despertar. Despertar de esta pesadilla que aún nos castiga a pesar de los 62 años dormidos", explica el periodista sobre su estancia en la unidad policial.
A pesar de la arbitrariedad contenida en la detención, los modos crueles e ilegales en que se condujo a un ciudadano sin delitos previos a una estación de policía, los oficiales de la Seguridad del Estado se "preocuparon" por el estado físico en que se enconraba el periodista y decidieron trasladarlo hasta su casa en una patrulla-
"Después de 1 hora exactamente viene a mi un agente de la seguridad del estado para comunicarme que 'ya podía regresar a casa, que me iban a regresar en una patrulla para que así no me vieran en las condiciones que estaba. Que perdonara a los oficiales de la PNR, que a veces suelen ser un poco brutos'", concluyó Valdés Corcho.
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