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Los escritores cubanos radicados en Alemania, Amir Valle y Ares Marrero (María del Carmen Ares Marrero) estuvieron invitados el viernes en el programa Las Mañanas de CiberCuba, donde revivieron el momento en que les prohibieron regresar a Cuba.
El destierro de Amir Valle se remonta al año 2005, cuando salió de Cuba hacia España, con permiso de la UNEAC, para participar en la promoción de sus libros.
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Tras dos meses de estancia en Madrid, llenó sus maletas y sólo se quedó con un billete de 50 euros en las manos para pagar el taxi del aeropuerto José Martí, de La Habana, a su casa. Cuando le tocaba regresar e intentó abordar el avión de Cubana, le dijeron que había algún problema, que no podía embarcar.
Amir Valle y su esposa preguntaron qué pasaba y nadie les daba respuesta. Por eso intentaron viajar a Cuba en otra compañía. Compraron un vuelo de Air Europa, pero les ocurrió lo mismo. No les dejaron subir al avión, pese a que en la Isla habían quedado sus hijos.
En aquella época no había redes sociales como ahora y aún así, la noticia corrió como la pólvora. El escritor de Santuario de Sombras y Las palabras y los muertos pensó en un primer momento que alguien le había cogido manía, que era una cuestión personal.
Sin embargo, poco a poco se fueron poniendo en contacto con él muchos profesionales cubanos que estaban en su misma situación. El Gobierno no los dejaba entrar porque "le tiene mucho miedo a las personas bien formadas, que intentan pensar por su cabeza", dijo.
Tanto Amir Valle como su esposa se quedaron en un limbo legal. Cuba no les dejaba entrar, pero tampoco tenían residencia en España. En ese momento tan difícil, el escritor recibió la llamada de su editor alemán, para decirle que había hecho gestiones y le había conseguido una beca de tres años en Alemania. Fue así como el autor, considerado una de las voces más importantes de la narrativa cubana y latinoamericana contemporánea, se radicó en Berlín, aceptó el destierro y nunca ha regresado a la Isla.
Amir Valle sacó pecho de que el Gobierno cubano no pudiera romper nunca su familia porque aunque su padre era defensor del castrismo, puso la familia por encima y movió cielo y tierra para que su hijo pudiera volver a Cuba. Lo intentó todo hasta que Almeida (Juan Almeida Bosque) le dijo que no había nada que hacer.
El caso de Ares Marrero fue diferente, pero igual de duro. Ella estudiaba cine en Rusia, en medio de la Perestroika, cuando el Gobierno cubano la expulsó y dejó de pagar sus estudios.
Rusia asumió ese gasto, pero durante años, Ares Marrero, cuya madre en aquel momento era diplomática en Rumanía, se vio obligada a tomar la decisión de no regresar a la Isla porque si lo hacía no la iban a dejar salir.
Tras terminar sus estudios, Ares Marrero se encontró en un limbo legal del que no salió hasta que su hijo cumplió 14 años. Su caso no trascendió porque en aquella época "no existían ni los e-mails".
Residente en Berlín, como Amir Valle, la escritora de Berlinario lleva 33 años sin pisar Cuba y sufriendo la frialdad de sus familiares que siguen apegados al castrismo, pese a que hace poco descubrió que su abuelo murió en Villa Marista, preso.
Los dos escritores comprenden el trance amargo por el que está pasando en estos momentos la joven periodista cubana Karla Pérez, a la que el Gobierno cubano le impidió regresar a Cuba esta semana. Su padre, desesperado, reprochaba que el Estado destroce una familia más.
A pesar de las duras experiencias vividas, Amir Valle defiende que nada le va a llenar de odio. "Si te llenan de odio, te aplastan", sentenció.
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