Cuba votó en contra del proyecto de resolución “Situación de los derechos humanos en la República Árabe Siria” que se discutió este miércoles en el 46° período ordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra.
Presentado por Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Jordania, Kuwait, Países Bajos, Qatar y Turquía, el proyecto de resolución condena enérgicamente todas las violaciones y abusos y la situación actual de los derechos humanos en Siria y expresa su preocupación por que se hayan cometido crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra en este país, tradicional aliado del régimen cubano.
La resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU fue aprobada con 27 votos a favor, 6 en contra y 14 abstenciones. Entre los países que votaron en contra de condenar los crímenes documentados del conflicto en Siria, cometidos en mayor medida por el régimen de Bashar al-Ásad, se encuentran Cuba, China, Rusia, Venezuela, Bolivia y Armenia.
Representada por el embajador Juan Antonio Quintanilla Román, Cuba no condenó “la grave situación de los derechos humanos en toda la República Árabe Siria”, ni exigió “a las autoridades del país que asuman su responsabilidad de proteger a la población siria y de respetar, proteger y hacer efectivos los derechos humanos de todas las personas bajo su jurisdicción”.
Tampoco deploró “el hecho de que en marzo de 2021 se cumplen diez años del levantamiento pacífico -y su brutal represión-, que dio lugar al conflicto en la República Árabe Siria, y que ha tenido un efecto devastador en la población civil, en particular mediante violaciones y abusos graves del derecho internacional de los derechos humanos y violaciones del derecho internacional humanitario, con el resultado de más de 500.000 bajas civiles”
Asimismo, se desentendió del hecho “de que las violaciones y los abusos han incluido actos que probablemente constituyan crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y otros crímenes internacionales, incluido el genocidio”.
Quintanilla tampoco expresó preocupación por el hecho de que “tras diez años de conflicto, más de 11,5 millones de personas han sido desplazadas por el conflicto, lo que equivale a más de la mitad de la población de la República Árabe Siria antes del conflicto”.
Por otra parte, el régimen cubano se desmarcó de la exigencia a “las autoridades sirias [para que] cooperen plenamente con el Consejo de Derechos Humanos y la Comisión de Investigación concediendo a la Comisión un acceso inmediato, pleno y sin restricciones en toda la República Árabe Siria”.
El embajador cubano ante el CDH se negó a resaltar “la responsabilidad primordial de las autoridades sirias de proteger a la población civil siria y la obligación de la República Árabe Siria de respetar, proteger y hacer efectivos los derechos humanos de todas las personas que se encuentren en su territorio y estén sujetas a su jurisdicción”. En ese sentido, no deploró estas no lo hagan ni expresó su preocupación “por algunas de las violaciones y los abusos sistemáticos y emblemáticos que han definido la situación en la República Árabe Siria”.
La elección de Cuba por quinta ocasión como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU el pasado 13 de octubre causó malestar en varias organizaciones internacionales y no gubernamentales, así como muchas peticiones para reconsiderar su entrada al organismo.
“Nos preocupa profundamente la decisión de otorgarle a Cuba una nueva oportunidad para ocupar un puesto en el Consejo de Derechos Humanos. Esto no solo recompensa el pobre historial de Cuba en materia de derechos humanos, sino que también socava la integridad del Consejo para responsabilizar a los gobiernos abusivos por sus acciones en la región y en todo el mundo”, manifestaron 85 organizaciones cubanas e internacionales de derechos humanos y libertad de expresión, en conjunto con medios independientes de comunicación en una declaración.
"Seguiremos denunciando los abusos en lugares como Venezuela, Nicaragua, Cuba e Irán", dijo a finales de febrero el secretario de Estado, Antony Blinken, en lo que constituyó la primera crítica directa al régimen cubano en un foro internacional por parte de la actual administración, durante una intervención en la que Estados Unidos manifestó su intención de regresar al Consejo de Derechos Humanos de la ONU para el periodo 2022-2024
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