Ángel Lleo es un padre de Cienfuegos que pide una visa humanitaria para atender a su hija fuera de Cuba. La niña, de entre 4 y 5 años, permanece sin tratamiento en una Isla cuyo gobierno se autoproclama potencia médica mundial.
"Nuestra niña no tiene solución en Cuba. No tiene diagnóstico. Los médicos dicen una cosa hoy y luego dicen otra distinta. Queremos una visa humanitaria. Estamos implorando por una visa humanitaria para poder salvar a nuestra niña y darnos mejor calidad de vida para que ella pueda volver a caminar, a hablar, que pueda volver a ser la niña que era antes", dice Lleo, en una directa compartida en Facebook, con su pequeña en brazos.
Su mensaje va dirigido a los congresistas y periodistas que puedan hacer algo para salvar la vida de la menor, ayudándoles a conseguir una visa humanitaria.
"Por favor, se lo imploramos. Estamos todas las noches que no dormimos. Nuestra hija convulsiona día y noche. Se nos está muriendo. Hay que hablarlo así. Con el dolor de nuestra alma tenemos que decir esas palabras. Estamos sufriendo mucho por nuestra hija. No queremos perderla. Nuestra hija no tiene tratamiento aquí en Cuba. No existe aquí. Hoy no tiene diagnóstico", destacó Lleo.
Según ha explicado en el vídeo compartido en Facebook, la niña nació bien, llegó a hablar y caminar, pero hoy no tiene control cefálico y ni siquiera puede sentarse.
La primera vez que la ingresaron fue en el Hosital Neuorológico de La Habana, donde le pusieron, señala su padre, altas dosis de Prednisona. "La dejaron sin caminar", recalca.
A partir de ese momento, la pequeña fue sometida a varios tratamientos médicos que han provocado una reacción no deseada en ella. "Le intoxicaron la lengüita con uno de los medicamentos y fue cayéndosele el pelo. Uno de ellos le hizo también una lesión en la vista", añade su padre.
Ante esta situación, la familia consiguió en marzo de 2020 someterla a una prueba en el Centro Nacional de Restauración Neurológica (Ciren) de La Habana.
"A las 9:00 am llegamos ahí, a esa clínica y conectaron a la niña para una prueba que sólo se puede hacer ahí porque es el único hospital de Cuba que tiene ese equipo. A las 4:00 pm nos desconectaron la niña porque la doctora Lili dijo que no podía permanecer más tiempo en esa clínica porque es una clínica internacional para niños extranjeros. Yo le dije: "Mi niña es cubana. Estamos en Cuba, tenemos que hacerle la prueba".
Finalmente no sirvió de nada todo el tiempo que estuvieron en el Ciren. "Nos fuimos para Cienfuegos y nos avisaron que la prueba no tuvo efectividad", apuntó el padre.
A día de hoy, un año después, la familia sigue esperando que le repitan esa prueba a la niña. "Nos hemos dirigido al Gobierno, al Partido (PCC), a todas las instituciones para quejarnos del problema de nuestra hija con la prueba esa y no nos han hecho caso", lamenta Lleo.
No es la primera vez que la familia de Samara pide una visa humanitaria. La primera vez lo hizo en marzo del año pasado cuando reclamó ayuda para tratar en otro país la epilepsia que sufre y que no tiene tratamiento eficaz en Cuba.
Dos meses más tarde, la situación de la niña seguía igual y Ángel Lleo volvió a apelar a la colaboración y la caridad para poder atender a la niña fuera de la Isla.
Ha pasado un año. La niña sigue convulsionando y la familia está desesperada, sin conseguir que les den cita para hacerle las pruebas que necesita la pequeña. Las autoridades se escudan en la Covid-19.
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