La familia de la niña cubana de cuatro años Shalena de la Caridad Romero Santos denunció la muerte de la menor en un hospital de La Habana bajo un manto de silencio tendido por médicos y autoridades de salud.
Entrevistada en exclusiva por CiberCuba, María Victoria Benavides, abuela de la niña y residente en el municipio habanero de Playa, contó los detalles del fallecimiento, ocurrido el pasado 7 de abril en el Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez, en Marianao.
La muerte
En la mañana del 7 de abril, Shalena de la Caridad se encontraba en la unidad de terapia intensiva del Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez, en Marianao, después de haber sido ingresada el 5 de marzo con un "diagnóstico de linfoma de Hodgkin en el hígado", un tipo de tumor cancerígeno muy agresivo.
Según el testimonio de Benavides, el 6 de abril, una doctora determinó que la niña debía ser tratada con morfina para aliviar sus dolores, y casi al mismo tiempo fue sometida a una prueba PCR de coronavirus.
Hasta ese momento, la paciente se encontraba estable, pero en la mañana del día 7 los médicos mandaron a salir a la abuela de la sala, pues la niña presentaba dificultades para respirar.
A las pocas horas, los doctores informaron de la muerte de la menor a la familia, y cuando el padre, Richard Elías Romero, exigió una explicación, un médico le respondió que su hija había muerto por coronavirus.
A partir de ahí comenzó el misterio, los médicos, cuenta la abuela, desaparecieron, y el resultado positivo de la prueba nunca fue mostrado a sus familiares.
Sin embargo, el cuerpo de la niña fue trasladado al Hospital Militar Naval, donde fue cremada siguiendo los procedimientos sanitarios para los casos fatales de COVID-19, que incluyen la negación del velorio a los familiares del fallecido.
La familia no ha recibido más respuesta que las cenizas de Shalena de la Caridad Romero Santos, mientras que su caso no ha sido reportado oficialmente por las autoridades del MINSAP en el parte diario que informa los casos y las víctimas fatales del coronavirus.
Los familiares de la menor han exigido explicaciones al hospital, a los médicos y han intentado obtener una respuesta sin éxito tras llamar a la línea de urgencia relacionada con el coronavirus que el gobierno ha publicado en los reportes televisivos de salud ofrecidos por el doctor Francisco Durán, director Nacional de Higiene y Epidemiología.
La señora Benavides dijo a CiberCuba que el personal del hospital le comunicó que el PCR del 6 de abril le fue realizado a la pequeña debido a que un cocinero del recinto había dado positivo al coronavirus. Pero, afirma la abuela, de las 42 pruebas realizadas a los niños allí hospitalizados, solo la de Shalena había resultado positiva.
El diagnóstico
El hecho de que la niña fue diagnosticada de cáncer oscurece aún más el asunto, pues la familia sospecha que el hospital pueda estar encubriendo una negligencia médica relacionada con un diagnóstico errado o la administración de un medicamento equivocado.
El día 5 de marzo, Shalena fue llevada al hospital desde su casa familiar en Mantilla, La Habana, con síntomas que incluían aumento de tamaño de su vientre, inflamación de algunos ganglios, fiebre y rostro demacrado.
Después de varias pruebas, que incluyeron tomografías, ultrasonidos y rayos X, los médicos detectaron que la niña tenía glándulas tumorales expandidas por el hígado y el páncreas.
Al llegar al hospital, Shalena fue sometida a un primer PCR que dio negativo, por lo que desde el principio se descartó la posibilidad de que fuera positiva al COVID-19, afirma la abuela.
Como la niña tenía un ganglio inflamado en una de sus axilas, los médicos procedieron a realizarle una biopsia en esa zona, pero los resultados no fueron compatibles con lo que habían encontrado en el hígado.
Entonces, le practicaron una operación en el hígado a la pequeña, con el objetivo de tomar una muestra del tejido tumoral que habían detectado en otras pruebas.
El diagnóstico de los médicos -señala la abuela- aseguró que Shalena de la Caridad tenía un linfoma de Hodgkin en el hígado de carácter muy agresivo, que podía crecer con los días y empeorar rápidamente su situación de salud.
Como consecuencia de estos padecimientos, "los pulmones se habían comenzado a llenar de líquido y una buena parte de su cuerpo se encontraba inflamada", comentó la abuela.
La niña permaneció ingresada en estas condiciones hasta el 7 de abril, cuando un rápido desenlace -que no le ha sido explicado a la familia- le quitó la vida.
La incertidumbre ha hecho más doloroso lo sucedido para sus seres queridos, que han denunciado el caso de su pequeña en Facebook a través de la cuenta de su tío Leyan Pérez. Sin embargo, hasta el momento, la familia no ha recibido respuesta de las autoridades.
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