La petición a la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, para que solicite al gobierno cubano que retome la investigación sobre las muertes de Oswaldo Payá, fundador y líder del Movimiento Cristiano Liberación, y del activista Harold Cepero en julio de 2012, sobrepasó las 13 firmas.
La solicitud fue realizada por Carlos Payá Sardiñas, hermano de Oswaldo, quien junto a otros miembros de la familia del líder demócrata consideran que su muerte aconteció en circunstancias poco claras.
El documento cuenta hasta el momento de la publicación de esta nota con 13 252 firmas en la plataforma change.org, desde su publicación el 30 de enero de este año.
“Ninguno de los miembros de nuestra familia ha tenido acceso al expediente realizado por autoridades policiales y judiciales relacionado con el fallecimiento de Oswaldo”, indica la petición.
“Desconocemos la real causa de su muerte según el contenido del protocolo de autopsia forense, los detalles del sitio del suceso y demás evidencias recolectadas y analizadas durante el proceso penal, o si intervinieron otros automóviles durante el evento”, agrega.
El documento subraya el compromiso de Oswaldo Payá con la defensa de los derechos humanos en Cuba y demanda que en nombre de estos mismos derechos sea atendida la petición.
A continuación, a continuación CiberCuba reproduce íntegramente la petición:
Excma. Sra. Dª MICHELLE BACHELET, Alta Comisionada de Derechos Humanos. Organización de las Naciones Unidas
Organización de las Naciones Unidas
Tengo el honor de dirigirme ante usted, en primer término para felicitarle y desearle el mayor éxito en la defensa de los Derechos Humanos de los ciudadanos del mundo, y de igual forma le presento el caso de mi hermano Oswaldo Payá.
Mi hermano Oswaldo José Payá Sardiñas, fue uno de los mas importantes líderes políticos de Cuba en los últimos años, fundador del conocido Proyecto Varela y del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) con el Premio Sájarov por el Parlamento Europeo y nominado al Premio Nobel de la Paz.
El activismo de mi hermano Oswaldo Payá estuvo siempre enmarcado en la Defensa de los Derechos Humanos, la Democracia y el diálogo como instrumentos para mejorar las condiciones de vida del pueblo cubano, en tales actividades en el pretendido ejercicio de sus Derechos Civiles, asumió posiciones críticas al gobierno cubano, lo cual generó persecuciones y amenazas de diversa índole, y muy lamentablemente falleció ( al igual que Harold Cepero, joven activista del MCL)en circunstancias aún no aclaradas en fecha 22 de julio de 2012 en la provincia de Granma (Cuba) presuntamente como consecuencia de un “accidente automovilístico”, según la información pública de las autoridades del Estado de Cuba.
Ninguno de los miembros de nuestra familia ha tenido acceso al expediente realizado por autoridades policiales y judiciales relacionado con el fallecimiento de Oswaldo. Desconocemos la real causa de su muerte según el contenido del protocolo de autopsia forense, los detalles del sitio del suceso y demás evidencias recolectadas y analizadas durante el proceso penal, o si intervinieron otros automóviles durante el evento.
Durante el desarrollo del proceso, no le fue permitido a la familia asistir a las vistas del juicio, ni incorporar la evidencia de que disponemos para esclarecer los hechos, y menos aún, contar con la intervención de asesores legales y expertos forenses que representaran los derechos e intereses de la familia como víctimas indirectas. Tales restricciones generan graves dudas respecto a objetividad e imparcialidad de las autoridades involucradas en el caso. Tal opacidad ha sido el mecanismo de la injusticia.
Nuestro derecho al debido proceso ha sido conculcado y consecuentemente nuestro derecho a la verdad. El tiempo ha transcurrido y tenemos que vivir con la idea fija de las diversas hipótesis existentes de la causa de la muerte de Oswaldo y de las inconsistencias y contradicciones de la versión oficial.
Ruego a usted, honorable Alta Comisionada, que interceda con el Estado de Cuba para lograr en primer término que la familia pueda acceder a las actas procesales, evidencias del caso y, de igual forma, se realice una investigación transparente, objetiva e imparcial de los hechos y circunstancias, en donde participen expertos internacionales y expertos designados por la familia. Esta sería la única forma de llegar a la verdad por las vías jurídicas idóneas y confiables.
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