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El caso de las croquetas “explosivas” producidas por la marca cubana Prodal, que han provocado quemaduras severas en numerosos consumidores, llegó hasta los lectores de la cadena estadounidense de noticias NBC News.
Este martes, la sección NBC Latino publicó un reportaje sobre el producto cubano, el cual aún no ha sido retirado del mercado a pesar de las quemaduras que provoca mientras se fríe. El gobierno cubano tampoco ha abierto una investigación al respecto u ofrecido respuestas al pueblo.
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El periodista cubano Jorge Carrasco contactó a varias de las víctimas de las “explosiones” para conformar el reportaje. Algunos afectados accedieron a conceder entrevistas, sin embargo, otros prefirieron callar dado el costo que tiene para los cubanos denunciar al Estado ante instancias o medios internacionales.
“Cuando estaba escribiendo esto me acerqué a varios cubanos marcados para siempre por la gracia de las croquetas. Les pedí testimonio. No me sorprendió —pero sí me empingó— que gente con la geta castigada por un fucking tarugo de harina frita me haya dicho: "No autorizo ninguna denuncia de lo que me sucedió"”, manifestó en su muro de Facebook el periodista.
La empresa de alimentos Prodal no ha emitido una respuesta oficial, solo se limitó a contestarle a una usuaria de Twitter cuando esta comentó sobre las peligrosas consecuencias que podía provocar el consumo de este producto.
"Es un error común al freírlas. El aceite debe estar a unos 180°, la croqueta debe de estar a temperatura ambiente y no freír muchas a la vez. En el caso de la Croqueta Criolla al tener una masa más densa se abren con más "violencia". Gracias por comunicar sus preocupaciones", tuiteó, a modo de defensa, el Departamento de Comunicación de la empresa.
Sobre el contexto particular cubano, tan desregularizado, donde los ciudadanos no poseen herramientas legales para que se les reparen o compensen daños, el periodista de NBC News expresó:
“Como Cuba no es un país, nadie ha investigado a fondo esta cosa tan terrible que nos sigue dando gracia. No se ha indemnizado a las víctimas. No ha habido una disculpa. Esos trozos asesinos de carbohidratos y grasas saturadas siguen vendiéndose impunemente y la gente hambrienta continúa comprándolos”, indicó.
La situación de desabastecimiento alimenticio que sufre Cuba, sin precedentes en lo que va de siglo, obliga a los nacionales a recurrir al producto, a pesar de los riesgos que pueda acarrear. Se trata de una cuestión de supervivencia, y el costo que conlleve cocinar el alimento nunca será mayor que el hambre.
“La empresa Prodal nos dijo esta línea, tremendamente cínica: “Todo lo sucedido nos ha fortalecido y perfeccionado", indicó la empresa el medio estadounidense cuando le preguntaron al respecto.
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