Familias cubanas albergadas en el municipio Arroyo Naranjo, en La Habana, denunciaron las pésimas condiciones que deben enfrentar y que, según revelaron, son del conocimiento de las autoridades.
Imágenes llegadas a CiberCuba muestran el deplorable estado de las instalaciones, con múltiples filtraciones en el techo y los suelos llenos de agua. “El gobierno lo sabe y es por gusto. Niños y todo el mundo mojándose aquí”, describe uno de los afectados en un video.
De acuerdo con la información, cinco niños se encuentran en el inmueble, cuyas filtraciones en varias paredes inundan los suelos. Muchas familias en Cuba viven albergadas por años tras haber perdido sus viviendas ante el paso de fenómenos naturales o por otras causas, como derrumbes.
Particularmente, La Habana tiene un déficit habitacional de 185.348 viviendas, según datos oficiales, los que la convierten en uno de los territorios del país con mayores problemas en este aspecto.
Por otra parte, el 47% de las viviendas de la provincia están catalogadas en regular o mal estado y un programa gubernamental estima que se necesitan construir 101.470 casas para dar respuesta a la demanda de la capital cubana, donde hay más de 43 mil personas en albergues esperando a que se les asigne un domicilio.
A menudo, familias cubanas se quejan del estado de las instalaciones que se convierten en sus hogares temporales. Recientemente, un grupo de mujeres se lanzó a la calle en protesta por las malas condiciones del albergue en que se encontraban, ubicado en el reparto Trébol, muy cerca del Parque Lenin, en el municipio Boyeros.
Algunas de ellas, embarazadas, decidieron salir a la calle luego de varios meses quejándose por cables eléctricos caídos que representan un gran peligro para los niños.
En marzo, trascendió el caso de 27 familias cubanas albergadas en Guanabo, Habana del Este. “Desde hace más de 20 años vivimos en pésimas condiciones, esperando que por fin llegue el día en que se nos asignen las viviendas que prometió la coordinadora de las construcciones de Habana del Este, Yeslaine de la Caridad Bermúdez Cruz”, contaron igualmente a este medio.
Las imágenes evidenciaban entonces el deterioro de paredes y cubiertas, además de humedades, difícil acceso al agua potable, problemas para evacuar las aguas albañales y peligros potenciales como registros eléctricos al descubierto.
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