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El hijo de Juan Ricardo Hernández, el cubano que murió en 2019 tras ser golpeado por el actor mexicano Pablo Lyle en Miami, presentó una demanda civil contra el artista.
Juan Ricardo Hernández Jr. presentó la demanda el pasado 29 de marzo en la Corte del condado de Miami-Dade, informó Telemundo 51.
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Esta acción legal se suma al proceso penal seguido contra Lyle, cuyo juicio fue aplazado del 15 de marzo al 7 de junio, a solicitud de su abogado.
El próximo 27 de mayo se celebrará una audiencia para verificar si las dos partes están listas para comenzar la vista oral, la cual debía haberse efectuado en febrero, pero que una jueza de Miami accedió a postergarla ante un pedido de Lyle.
El actor de 32 años, acusado de homicidio involuntario, alega que actuó en defensa propia. Si es declarado culpable podría ser sancionado a cumplir entre 5 y 15 años de privación de libertad.
Dos años después de la muerte de Juan Ricardo Hernández, su viuda, Mercedes Arce, declaró a Telemundo que continúa pidiendo justicia.
"Solo Dios me da la fuerza para seguir adelante y mis hijos", dijo la mujer, quien puso flores y una vela en el lugar donde Lyle le dio un puñetazo a su esposo el 31 de marzo de 2019, tras discutir por una infracción de tráfico.
Juan Ricardo Hernández tenía 63 años cuando falleció en el hospital Jackson Memorial por a una hemorragia cerebral, tras permanecer varios días inconsciente e intubado.
El proceso judicial que debe juzgar su muerte empezó en abril de 2019. Desde entonces Pablo Lyle permanece viviendo en la casa de su hermana en Miami, con un monitor GPS en el tobillo que permite a las autoridades chequear sus movimientos y sin autorización para trabajar en Estados Unidos.
El día de los hechos Pablo Lyle y su familia iban hacia el aeropuerto de Miami para tomar un avión hacia México, pero en el trayecto obstruyeron el paso del auto que conducía Hernández.
Este les reclamó y entonces el actor se bajó del carro y le dio un piñazo en la cara que lo dejó inconsciente. Seguidamente Lyle y sus acompañantes se fueron, mientras el cubano yacía abandonado en la calle.
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