El humorista cubano Alexis Valdés dedicó unos sentidos versos a la Reina de la Salsa, la gran Celia Cruz, que tuvo el gran mérito de poner el nombre de Cuba en lo más alto y la tristeza de ser desterrada de su patria.
Antes de compartir sus versos, Alexis lamentó no haber conocido a Celia durante el tiempo que vivió en Cuba, una experiencia de generaciones de cubanos y calificó de "desastre" y "glosario de injusticias" a la política cultural del Gobierno cubano.
"Ella fue la representación universal de lo cubano... Y yo en Cuba no la conocí. No existía para los de mi generación. Así ha sido la política cultural del gobierno de Cuba con los artistas que disienten. Un auténtico desastre. Un glosario de injusticias. Lo que nadie pudo ni podrá es negar su trascendencia y legado y su inmensa cubanía. En Cuba aún muchos no la conocen y el mundo la ama", escribió el también actor, director y productor.
Valdés indicó que los versos también iban dedicados a Luis Manuel Otero Alcántara, "un artista cubano en huelga de hambre porque también a él, muchos por el mundo le quieren".
A continuación, reproducimos los versos de Alexis Valdés:
Celia.
África en la sangre
color en el pelo
ritmo como nadie
y voz como un trueno.
Sonrisa gigante
alma guarachera
de todas las grandes
ella la primera.
En el escenario
no había otra estrella
y nadie que osara
pisarlo tras ella.
El mundo veía
a su Cuba en ella
Cuba no quería
ni siquiera verla.
Ella no existía
en mi barrio negro
los de mi camada
no la conocieron.
Negada borrada
por todos los medios
como sepultada
sin un cementerio.
Y mientras el orbe
glosaba su arte
ella sola, pobre,
lloraba a su madre.
Madre que se pierde
el último beso
Hija que se pierde
su último aliento.
Y nadie más cubana
y Cuba tan lejos
y nadie fue más Cuba
en todo su tiempo.
Murió sin pisar
su Habana de nuevo
murió sin cantar
a su amado pueblo.
No hubo un homenaje
no hubo solo premio
para quien fue Cuba
para el mundo entero.
Más cuando en el mundo
suena su guaracha
todos se recuerdan
de aquella muchacha.
Diosa de La Habana
bañada de luz
nadie más cubana
que ella, Celia Cruz.
Celia Cruz, la Reina de la Salsa o la Guarachera de Cuba, cuyo nombre de nacimiento fue Úrsula Hilaria Celia de la Caridad de la Santísima Trinidad Cruz Alfonso, no es solo la cantante cubana más internacional de todos los tiempos, sino un ícono de la música en español y una de las intérpretes latinas más importantes del siglo XX.
Llevó ritmos de la isla a casi todos los rincones del mundo. Defendió el son, la salsa, el son montuno, el guaguancó, la rumba, la guaracha y el bolero, y hasta sus últimos días estuvo creando y experimentando. Un año antes de su muerte, en 2002, lanzó el álbum La negra tiene tumbao, donde se atrevió a fusionar su sello musical con el hip hop y sonidos urbanos, y por el cual ganó su tercer Grammy Latino y su segundo Grammy estadounidense.
En 1990, Celia recibió una invitación para cantar en la base naval de Guantánamo. Cuando salió de la presentación se acercó a la cerca que divide ambos territorios y agarró un puñado de tierra de Cuba, que llevó consigo a Estados Unidos y con la que pidió ser enterrada. El momento fue capturado en fotos y se convirtió en una desgarradora imagen del destierro al que han sido sometidos incontables cubanos.
Celia Cruz falleció en julio del 2003 en su casa de Nueva Jersey a los 77 años. Sus restos fueron trasladados a Miami donde se le rindió homenaje por dos días, y finalmente fue enterrada en el cementerio Woodlawn de El Bronx, por deseo expreso de ella.
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