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Una cubana relató el dantesco recorrido burocrático al que se enfrentó por querer plantar tres árboles en un parque de su vecindario de La Habana.
Nara Miranda Lorigados, ilustradora de Ediciones Poéticas y residente en el municipio habanero de Plaza de la Revolución, se dirigió hasta la Dirección Provincial de Servicios Comunales con la intención de solicitar un permiso para plantar tres árboles en un parque cercano a su edificio.
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Según narra la habanera en un grupo de Facebook, ese fue solo el inicio de un periplo burocrático por varias oficinas estatales del municipio.
“En Comunales a nivel provincial no había, en ese momento, nadie que pudiera responderme, pero las personas que estaban me indicaron que era mejor ir a Comunales del municipio Plaza.También me hablaron de un lugar relacionado que está por B y 15, que fui ayer y resultó ser algo que se llama Aurora, y se ocupa de los desechos sólidos”.
En el nuevo enclave, la persona con la autoridad y la capacidad para responder a la inquietud a Miranda tampoco se encontraba en ese momento. No obstante, la mujer consiguió hablar con dos trabajadores, uno de ellos ingeniero forestal, y supo que “lo de sembrar árboles no estaba implementado”.
“Lo que sí se podía tramitar era podar o cortar un árbol, y que lo de sembrar, en cualquier caso, no era con ellos. Al final uno de los dos me aseguró que eso era con Comunales del municipio Plaza, que está en Paseo y 33”, explica la mujer.
Además de la oficina municipal de Comunales, los trabajadores le sugirieron personarse en el gobierno local, específicamente en el departamento de agricultura.
“Uno de ellos me dijo que probablemente podría sembrar sin permiso, y no pasaría nada, pero que por si acaso fuera al Gobierno municipal, que está en Calzada y 4, y que tiene un departamento de agricultura, que tal vez ellos... el otro seguía diciendo que Comunales Plaza. Fueron muy amables”, indica Miranda.
A pesar de tener nuevas coordenadas donde solicitar la autorización, Miranda Lorigados no contaba con mucho tiempo disponible para caminar hasta estas nuevas instancias del Estado ya que otras tareas la ocupaban.
“Se me acababa el tiempo en que me podían seguir cuidando los niños, así que fui a lo que me quedara cerca: un lugar al que le dicen «aseguramiento», que está en B entre Calzada y 5ta, donde, entre varios trabajadores, también muy amables, llegaron a la conclusión de que no sabían quién siembra árboles, o da autorización para sembrar. Me dijeron que fuera a lo del Gobierno en Calzada y 4”.
No obstante, este nuevo sitio tampoco solventaría las necesidades de la mujer.
“Seguí caminando, bajo el sol, hasta allá. Una vez allí me dijeron que en lo de agricultura no, que fuera a Atención a la población, y ahí fui. Las personas de ese lugar me dijeron que podía ser en dos lugares: Comunales de Plaza, en Paseo y 33, o Agricultura municipal, en Panorama entre Lombillo y San Pedro, y me dieron los teléfonos”, relató.
“Hoy he llamado, pero me ha dado ocupado, y en realidad no he podido insistir mucho, porque he tenido mucho trabajo, y lo de buscar comida y no da tiempo a todo. Probaré de nuevo mañana”, insistió la mujer.
La artista Nara Miranda Lorigados, lamentó el episodio y resaltó el enorme peso para el bienestar de una comunidad que implica no tener árboles en los parques.
“Ayer terminé agotada. En todos los lugares a los que fui, escuché variaciones de la frase: “En los años que llevo trabajando aquí, es la primera vez que oigo que alguien quiere sembrar un árbol. Todo el que viene aquí a hablar de un árbol, siempre es para que lo poden o lo talen”. Es un poco deprimente. Pero, bueno, seguro es que no he ido al lugar adecuado”, concluye optimista.
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