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Cuando le falta poco más de un año para dejar el poder, el presidente colombiano Iván Duque se ha visto obligado a retirar su polémico proyecto de reforma tributaria tras una semana de violentas protestas que han dejado al menos 17 muertos y más de 800 heridos en enfrentamientos con la policía y el Ejército.
En vísperas de un nuevo "paro nacional" convocado para este miércoles por los sindicatos y organizaciones sociales, la tensión reinaba ayer en las calles de Colombia, donde crece el clamor para que el presidente abra un diálogo nacional.
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Sin reelección posible, en estos tres años Duque ha tratado de llevar adelante reformas estructurales, varias de las cuales han chocado con el Parlamento o la justicia, pero sobre todo con la calle. El reciente proyecto de reforma tenía como objetivo oficial aumentar la recaudación del Estado para hacer frente a las necesidades de las clases más bajas afectadas por la pandemia. Sin embargo, el intento de aumentar el IVA al 19% para productos y servicios básicos como la electricidad o el gas provocó una revuelta ciudadana.
“No va a haber aumentos en el IVA en bienes y servicios, ni tampoco cambiar las reglas de juego en el país”, dijo Duque el domingo al anunciar la retirada del proyecto tras “escuchar a la ciudadanía”. El presidente también prometió modificar la reforma por “consenso” y aseguró que los tributos no alcanzarán a las rentas más bajas, supuestamente beneficiadas por los subsidios sociales que iban a salir de los 5.200 millones de euros de recaudación extra. La más reciente derrota política de Duque implicó también al Ministro de Hacienda, que ha tenido que renunciar.
Sin embargo, ninguno de estos gestos han conseguido aplacar las protestas, que volvieron a marcar la jornada de ayer aunque con menos intensidad.
En Bogotá, miles de estudiantes arropados con banderas de Colombia caminaron de forma pacífica y en ambiente festivo para pedir el cese de la violencia policial y respeto a la vida, y al final se concentraron en el Monumento a los Héroes.
Otras movilizaciones se registraron en carreteras de los departamentos de Cundinamarca, en el centro del país, de Antioquia (noroeste) y en el Valle del Cauca, en cuya capital, Cali, han tenido lugar las mayores concentraciones populares y también la mayor ola de violencia policial.
Los bloqueos, principalmente por parte de camioneros y taxistas, impidieron el tráfico entre Bogotá y Tunja, capital de Boyacá, así como hacia Zipaquirá, una de las localidades cercanas. Otras protestas pacíficas tuvieron lugar en Barranquilla.
En el Valle del Cauca continúan los bloqueos en la carretera entre Cali y la ciudad industrial de Yumbo lo que, según el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, impide desde el 29 de abril circulación de cisternas para abastecer de combustibles a la capital regional.
Esta semana también se han acumulado las denuncias contra la violencia policial contra quienes protestan en las calles. Según la Defensoría del Pueblo, las fuerzas del orden se han cobrado la vida de por lo menos 19 personas, aunque organizaciones sociales aseguran que la cifra real es mayor.
En medio de esta delicada situación, el expresidente y premio Nobel de Paz Juan Manuel Santos manifestó este martes su disposición a reunirse con Duque y así ayudar a buscar salidas a la crisis.
"Presidente Iván Duque, estoy a disposición suya y de los colombianos para salir de esta crisis. El país necesita diálogo, entendimiento", manifestó Santos, distanciado políticamente se su sucesor, en un mensaje en Twitter.
Por su parte, el político liberal Juan Fernando Cristo, que participó en las negociaciones de paz con las FARC, también manifestó su disposición para dialogar con Duque, y le pidió que "abra hoy mismo un diálogo social en Cali", el epicentro de la agitación social.
Presionado por la gravedad de la situación, el presidente Duque convocó este martes a los diferentes movimientos políticos, judiciales, empresariales y sociales del país a un diálogo "sin diferencias ideológicas".
"Instalaremos un espacio para escuchar a la ciudadanía y construir soluciones (...) en los cuales no deben mediar diferencias ideológicas sino nuestro más profundo patriotismo", dijo Duque en una declaración desde la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo.
El hartazgo ciudadano parece anunciar un posible giro político en el único país latinoamericano que nunca ha gobernado la izquierda. Todas las encuestas sitúan al izquierdista Gustavo Petro -que perdió contra Duque en la segunda vuelta del 2018- con la mayor intención de voto y un reciente sondeo ya le otorga el 38% de los sufragios.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la crisis que atraviesa Colombia y distintos organismos y gobiernos hicieron este martes un llamamiento a que se permitan las protestas pacíficas y se tomen medidas contra el uso excesivo de la fuerza por parte de los cuerpos de seguridad.
"Lo que es primordial es que el Gobierno permita a la gente expresarse de forma pacífica y manifestarse pacíficamente. Esos son derechos básicos y esa es nuestra postura", dijo Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Desde Ginebra, la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos denunció que los cuerpos de seguridad colombianos han ejercido un "excesivo uso de la fuerza" contra los manifestantes.
El Gobierno de Estados Unidos, por su parte, expresó su "profunda tristeza" por los episodios violentos en Colombia y mostró su "apoyo" al Gobierno de Duque para solucionar la situación mediante el "diálogo".
La Unión Europea también condenó la violencia de las fuerzas de seguridad colombianas contra los manifestantes.
Numerosas figuras públicas de Colombia, incluida la cantante y estrella global de la música pop latina, Shakira, han apoyado públicamente las protestas.
Por su parte, el músico cubano Yotuel Romero comparó la situación colombiana con la profunda crisis civil que atraviesa Cuba, y pidió a organismos internacionales y a la Organización de Naciones Unidas una pronta intervención en los conflictos para paliar la violencia, las detenciones y las muertes.
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