El gobierno castrista reconoció que ha perdido la hegemonía en las redes sociales a través del documental La dictadura del algoritmo, pendiente de estreno y donde varios personeros de La Habana criminalizan Internet describe a la mayoría de los usuarios, como sujetos manipulables por el enemigo y admite que muchos cubanos viven pendientes de las redes sociales.
La pretensión del documental es analizar el impacto de las redes sociales en Cuba, desde su funcionamiento y efecto psicológico en los usuarios, hasta exponer su uso como herramienta principal en la "guerra de cuarta generación que desarrolla el gobierno de los Estados Unidos para lograr una influencia política sobre la sociedad cubana", aseguró su director Javier Gómez Sánchez.
La dictadura del algortimo advierte en su página de Facebook que los algoritmos esconden, tras sus máscaras de progreso todo una estrategia de manipulación y dominio. Es hora de erradicar las ingenuidades y tomar conciencia de cuán inescrupulosas son estas plataformas.
Entre los entrevistados en el corto, aparecen Israel Rojas, cantante de Buena Fe, que aboga por dar la batalla contra el enemigo en redes sociales, Rosa Miriam Elizalde que pontificó: "Facebook no genera una comunidad, genera burbujas de confort", pero una joven no identificada en el avance fílmico refiere que los vacíos informativos son ocupados por otras fuentes y medios, aprovechando los silencios de la prensa y webs oficiales cubanas, según avance publicado en Youtube.
El presidente Díaz-Canel, al asumir su cargo en abril de 2018, adelantó parte del contenido del documental, cuando expresó que el gobierno debía ser más creativo en la difusión de sus verdades, "emplear más y mejor las posibilidades de la tecnología para inundar de verdad los infinitos espacios del planeta Internet, donde hoy reina la mentira".
El título del documental cubano está copiado -paradójicamente- de un texto del experto europeo en Comunicación Italo Pizzolante Negrón, autor de De la dictadura de los algoritmos a la revolución de la transparencia, texto en el que sostiene:
"De acuerdo con el Trust Barometer de Edelman 2017, el 52% de la población mundial reconoce que nunca, o muy pocas veces, cambia su opinión sobre los problemas sociales importantes, además, el 53% reconoce que no escucha regularmente a personas u organizaciones con las que no está de acuerdo. Esta nueva ingeniería social gestionada por el algoritmo dictador deja una elasticidad menor al 50% en el mercado de la opinión pública para generar renovadas reflexiones que abran espacios para escuchar a otros que piensan diferente".
En febrero, Díaz-Canel apuntó que en esta "nueva etapa" de la revolución lo que no se puede perder de vista, como nunca se hizo, es el trabajo ideológico y que, al contrario, hay que fortalecerlo".
Tesis que reforzó en su discurso de clausura del octavo congreso del gobernante partido comunista, del que fue designado máxima figura, cuando sostuvo que la alta concentración, diversidad y complejidad de los medios de comunicación actuales, de las herramientas tecnológicas que sustentan las redes digitales y de los recursos empleados en la generación de contenidos, permiten a grupos poderosos convertir en patrones universales ideas, gustos, emociones y corrientes ideológicas, muchas veces completamente ajenas al contexto que impactan.
"Para estos hechiceros de la comunicación, la verdad no solo es negociable sino peor aún: prescindible. A través de la diseminación de matrices mentirosas, manipulaciones e infamias de todo tipo, contribuyen a promover la inestabilidad política en el intento de derrocar gobiernos, allí donde no se ha logrado quebrar la voluntad de una nación libre e independiente".
Durante la actual ola represiva, desatada desde noviembre, el gobierno cubano ha cortado el acceso a Internet y bloqueado teléfonos móviles de opositores, activistas y periodistas independientes para tratar de impedir que su represión trascienda las fronteras de la isla.
Este jueves, la artista cubana Tania Bruguera pudo presentar una acusación judicial, tras ser liberada por la seguridad del estado, contra el periodista oficialista Humberto López, quien ha emprendido una campaña de descrédito en la televisión nacional contra artistas, activistas y periodistas independientes.
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