Yeilis Torres revela detalles de su pasado: “Si el gobierno llama prostituta a una cubana que se case con un extranjero, pues lo soy”

“Pruebas tengo, y en su momento saldrán. No se cansan de mentir y difamar”, añade la cubana sobre los rumores en su contra lanzados por medios oficialistas y por las propias autoridades cubanas.


Este artículo es de hace 3 años

La exfiscal y activista por la democracia cubana, Yeilis Torres Cruz, quien fuera agredida físicamente por el presentador Humberto López, reveló detalles de su pasado para desmontar las difamaciones sobre su persona por los medios oficiales y las autoridades cubanas.

En una transmisión en directo a través de su perfil de Facebook, Torres Cruz explicó su trayectoria como estudiante en centros de enseñanza del país, donde recalcó su egreso de la Universidad de La Habana, y no en la Universidad de Oriente, como los medios de prensa gubernamentales han manifestado.


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“Me gradué de maestra primaria y con tan solo 15 años ya estaba trabajando como maestra. Trabajé y estudié a la vez para terminar el duodécimo grado. Comencé la universidad en la sede Argelia Libre, en el municipio La Lisa, cuya sede cerró y nos enviaron a todos para la Universidad de La Habana. Ahí terminé mis estudios. No en la Universidad de Oriente sino acá (en La Habana)”, explicó la jurista.

“Pruebas tengo, y en su momento saldrán. No se cansan de mentir y difamar”, añadió la cubana sobre los rumores de su expulsión en cuarto año de la carrera, mientras supuestamente estudiaba en la Universidad de Oriente.

Sobre el episodio de agresión sufrido por la mujer, ejecutado por el presentador de la televisión cubana Humberto López, Torres explicó: “Muchas personas me critican por atrapar a Humberto en algo íntimo. No, yo no abordé a Humberto en un espacio íntimo sino en un lugar público. En el código penal no se contempla que filmar con un celular es delito, como tampoco es atentado”.

Acerca de las acusaciones del medio oficialista Cubasí, donde exponen públicamente elementos del pasado de la opositora y la llaman “prostituta”, ella explicó sin prejuicios que tuvo un camino espinoso que recorrer por no ser idónea a muchos puestos laborales debido a sus posiciones políticas, lo cual representó un duro desafío para su supervivencia en un país totalmente estatizado y regido por el Partido Comunista de Cuba.

“Al verme sin salidas, sin opciones, intenté lo que tantas otras cubanas: prostituirme. Pero tuve la buena suerte de conocer a un mexicano magnífico que trabajaba en Cuba en aquel momento y duré casi 4 años de relación con él. Era mi pareja. En estos momentos, mi compañero actual, de hecho, vive en el extranjero. Si para el gobierno, una prostituta es aquella que entabla una relación con alguien residente en el extranjero, pues lo soy”, sostuvo Torres.

“Para esos que dicen que soy una mercenaria pagada, que sepan que no necesito el dinero de nadie porque me mantiene mi marido, a quien no le interesa la política. Me critican a mí por meterme en la vida privada de Humberto López, pero ellos se meten en mi vida privada”, añadió.

Además, la opositora relató un episodio de su juventud con el cual también ha traficado el gobierno, en aras de inculparla, desacreditarla y destruir su reputación. Se trata de una acusación que pesó sobre Torres Cruz cuando tenía apenas 16 años, mientras impartía clases en una escuela primaria. Hacia aquellos años, una madre levantó una denuncia en su contra por maltrato con lesiones a una menor.

Sin embargo, la activista aclaró lo sucedido y aseguró que se desmontó la falsa acusación cuando la propia menor refirió que había sido su madre quien la había golpeado. Según Torres Cruz, se trataba de una familia disfuncional, donde la madre maltrataba habitualmente a su hija. La denuncia fue retirada en su momento y ella ni siquiera necesitó enfrentar tribunales en un juicio por los hechos.

Acerca de la agresión propinada por Humberto López, la mujer refirió que, al trasladarse a un centro hospitalario para denunciar las lesiones recibidas, y más tarde a la unidad policial correspondiente, solo recibió arbitrariedades por parte de las autoridades.

“No me dejaron levantar la denuncia. Me atendieron la teniente coronel Kenia y un mayor. Terminé yo acusada de atentado, con la medida cautelar de prisión domiciliaria. Hay personas que grabaron, y si Humberto tiene alguna lesión fue defendiéndome, porque él me agredió a mí”, afirmó.

“Humberto fue hasta ahí en un Mercedes Benz”, aseguró Torres y emplazó directamente a la teniente coronel Kenia: “Cuando él llegó a la unidad te montaste en el carro para hablar. ¿Por qué no hubo un careo entre nosotros dos? ¿Por qué no me lo pusiste delante? ¿Por qué no entró a la unidad?”, concluyó la activista.

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