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El gobierno cubano -por boca de su mandatario Miguel Díaz-Canel- la llama "intervención sanitaria". Pero se trata de una campaña de vacunación masiva en toda regla, con candidatos vacunales de fabricación propia, que aún no han recibido el visto bueno de las autoridades reguladoras y sobre las que no existen datos comprobables de eficacia.
La campaña se ha iniciado en La Habana, donde los mayores de 60 años están recibiendo dosis de Abdala, una vacuna que ha culminado los ensayos clínicos, pero aún no ha recibido la autorización necesaria para su uso de emergencia.
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Nada de esto parece preocupar a los cubanos, que ha acudido masivamente a los consultorios a recibir la primera de las tres dosis necesarias, según reportan esta semana medios locales y agencias de prensa extranjeras.
En un hilo de Twitter, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ha asegurado que en agosto el 70 % de la población cubana estará inmunizada.
Cuba ha puesto todas sus esperanzas en dos de las cinco vacunas que está desarrollando, Abdala y Soberana 02, que aún no ha terminado la fase de evaluación.
Las pruebas de fase 3 de Abdala, la etapa final antes de buscar la aprobación regulatoria, finalizaron el 1 de mayo, mientras que las de Soberana 2 se completarán esta semana. Más de 300.000 cubanos han sido vacunados hasta la fecha, incluidos los participantes del ensayo y los trabajadores de la salud.
Las autoridades sanitarias de la isla dicen que ambas inyecciones han demostrado ser seguras y altamente efectivas, pero no han publicado datos de las pruebas.
Cuba optó por no unirse al mecanismo de adquisición de vacunas COVAX, respaldado por la Organización Mundial de la Salud, ni aceptar ayuda de países aliados como Rusia y China, que ya tienen sus vacunas aprobadas. La nación isleña ha estado fabricando vacunas durante años y las autoridades citan una larga experiencia y una política de no depender de otros como razones de la decisión.
Eduardo Martínez Díaz, presidente del monopolio farmacéutico estatal BioCubaFarma, dijo la semana pasada que Cuba “probablemente será el primer país en inmunizar a toda su población con su propia vacuna”.
Sin embargo, el servicio de salud de Cuba, con problemas de liquidez, se enfrenta a una seria escasez de recursos. Su red de consultorios familiares y comunitarios está encabezando la campaña de vacunación, pero algunos centros carecen de refrigeradores que funcionen, según los médicos locales.
Simpatizantes internacionales también han lanzado una colecta de fondos para suministrar 30 millones de las 40 millones de jeringuillas que Cuba necesita para vacunar a toda su población.
La campaña comenzó este miércoles en cuatro municipios de la capital, incluido Regla, con los proyectos de vacunas Abdala y Soberana 2, los más avanzados de los cinco con los que cuenta la isla. De Abdala se pondrán dos dosis, y la tercera será de Soberana 2.
Durante los dos primeros días de la intervención sanitaria que comenzó este lunes de forma escalonada –a partir de la inclusión de estudiantes de Ciencias Médicas, trabajadores de la salud, BioCubaFarma, grupos de riesgo y territorios seleccionados– fueron vacunados alrededor de 70 000 personas.
Cuba ya ha realizado ensayos de intervención con ambos candidatos vacunales, pero a menor escala.
En la capital del país, de 2,1 millones de habitantes y actual epicentro de la pandemia, más de 1,7 millones de personas serán vacunadas entre mayo y agosto, según anunció el viernes el ministro de Salud, José Angel Portal en la televisión cubana.
Mientras tanto, aumentan los contagios y víctimas mortales del coronavirus. Al cierre de este jueves, el MINSAP reportó 7 nuevas muertes, con lo cual el número de fallecidos por la pandemia en la isla llegó a 785.
Además, se diagnosticaron 1277 nuevos casos positivos a la enfermedad, que hacen que el país llegue a los 121,838 contagios confirmados oficialmente.
Las autoridades culpan del aumento de contagios, casos graves y de la mortalidad a nuevas cepas del virus, que han entrado junto con viajeros desde el extranjero.
Las autoridades cubanas, sin embargo, han evitado volver a cerrar las fronteras, como sucedió hace un año.
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