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GAZA/JERUSALÉN (Reuters) - Israel golpeó Gaza este sábado con ataques aéreos, destruyendo un edificio que albergaba organizaciones de medios de información, mientras militantes palestinos lanzaron salvas de cohetes contra Tel Aviv y otras ciudades, sin señales de que vayan a terminar las hostilidades tras casi una semana de combates.
Los palestinos dicen que al menos 145 personas, incluyendo 41 niños, han muerto en Gaza desde que estalló el conflicto el lunes. Israel ha reportado 10 muertos, incluyendo dos niños.
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El ejército israelí destruyó un bloque de pisos en la Ciudad de Gaza que albergaba operaciones de medios como la agencia estadounidense Associated Press y la cadena qatarí Al-Jazeera, así como otras oficinas y apartamentos.
Israel advirtió por adelantado del ataque para que el edificio pudiera ser evacuado. El ejército israelí dijo después que era un blanco militar legítimo porque contenía activos militares de Hamás, el grupo islamista que dirige Gaza.
El ataque fue condenado por AP y Al Jazeera. Estados Unidos dijo a Israel que "garantizar la seguridad de los periodistas y medios independientes es una responsabilidad suprema", según declaró Jen Psaki, secretaria de Prensa de la Casa Blanca.
Posteriormente, el presidente estadounidense Joe Biden habló con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y con el presidente palestino Mahmoud Abbas para llamarlos a la calma.
Netanyahu dijo a Biden que Israel estaba haciendo todo lo posible para no alcanzar a no combatientes, de acuerdo con la oficina del líder israelí, incluyendo advertencias a civiles de que abandonen los edificios que está a punto de destruir porque tienen objetivos militantes.
La Casa Blanca dijo que Biden actualizó a Netanyahu respecto de contactos "de alto nivel" con socios regionales para restaurar la tranquilidad, y planteó su preocupación por la seguridad de los periodistas.
Biden también habló con Abbas por primera vez desde que el líder estadounidense asumió en enero.
Ambos lados dijeron que Biden reafirmó su apoyo para una solución "de dos Estados" al conflicto, y la Casa Blanca dijo que Biden estaba comprometido con "reforzar la asociación estadounidense-palestina", que llegó a su punto más bajo durante el gobierno del expresidente Donald Trump.
DIPLOMACIA FALLIDA
El enviado de Biden, Hady Amr, llegó a Israel el viernes, antes de un encuentro del Consejo de Seguridad de la ONU previsto para el domingo.
Pero, hasta ahora, la diplomacia no alcanzó para aplacar la peor escalada de la lucha entre Israel y los palestinos desde 2014.
Los esfuerzos diplomáticos se han visto dificultados por el hecho de que Estados Unidos y la mayoría de las potencias occidentales no hablan con Hamás, al que consideran una organización terrorista. Y Abbas, cuya base de poder se encuentra en la ocupada Cisjordania, ejerce poca influencia sobre Hamás en Gaza.
Hamás inició su agresión con cohetes el lunes, después del aumento de las tensiones por un caso judicial para desalojar a varias familias palestinas en Jerusalén Oriental, y en represalia por los choques policiales israelíes con los palestinos cerca de la Mezquita de Al-Aqsa en la ciudad, el tercer sitio más sagrado para el Islam.
Hablando ante manifestantes en Doha, la capital qatarí, el jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, dijo el sábado que el combate tenía que ver principalmente con Jerusalén.
"Los sionistas pensaban (...) que podían demoler la mezquita Al-Aqsa. Pensaban que podían desplazar a nuestro pueblo en Sheikh Jarrah", dijo Haniyeh. "Yo le digo a Netanyahu: no juegue con fuego".
Un funcionario palestino familiarizado con las conversaciones para una tregua dijo a Reuters que los esfuerzos para restaurar la calma continuaban, con participación de Egipto, Qatar y Naciones Unidas.
El sábado, el ejército israelí dijo que unos 2.300 cohetes habían sido disparados desde Gaza a partir del lunes, y unos 1.000 fueron interceptados por la defensa de misiles, mientras que 380 cayeron en la Franja de Gaza.
Israel ha lanzado más de 1.000 ataques aéreos y de artillería en la franja costera densamente poblada, diciendo que apuntaban contra Hamás y otros objetivos militantes.
(Reporte adicional de Dan Williams, Stephen Farrell y Ari Rabinovitch en Israel, Ali Sawafta en Ramala, Aidan Lewis en El Cairo, Nandita Bose; escrito por Rami Ayyub y Edmund Blair; editado en español por Carlos Serrano y Gabriel Burin)
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