Dos presos políticos cubanos fueron ingresados tras contagiarse de coronavirus en la cárcel, donde permanecen hace más de un mes sin que les hayan permitido tener contacto alguno con sus familiares.
Luis Darién Reyes Romero y Duniel Monterrey, miembros del llamado Movimiento 18, habrían sido trasladados a un hospital desde la prisión de Valle Grande, tras confirmarse que se infectaron de COVID-19.
Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, reveló en Facebook que el viernes, cuando iba a salir hacia el penal para llevarle alimentos y aseo a su hijo, la madre de Reyes Romero recibió una llamada telefónica en la que un militar le dijo que no fuera, porque su hijo y Monterrey habían dado positivo al virus y serían llevados a un hospital.
"Quiero recordar que estos son los tres jóvenes de Alamar que por expresarse en las redes sociales en contra del sistema, desde el 12 de abril el régimen cubano los detuvo y los mantuvo incomunicados en Villa Marista por más de 21 días y luego trasladados para la prisión de Valle Grande", explicó Soler.
"¿Quién le pegó el COVID a ellos? No han tenido visitas", advirtió.
La opositora detalló que en el caso de Duniel Monterrey, este padece de asma crónica y tiene una lesión en un pulmón, y desde que llegó a Villa Marista ha estado sufriendo crisis.
Reyes Romero y Monterrey fueron arrestados el 12 de abril por difundir un video en Internet en el que arremetían contra la dictadura y el gobernante Miguel Díaz-Canel, al que tildaban de marioneta.
El opositor Ángel Moya, esposo de Berta Soler, recordó en un post en su cuenta de Facebook que ambos jóvenes son presos políticos y de conciencia, y que están pendientes de juicio acusados de un supuesto delito de desacato.
El viernes la madre de Reyes Romero compartió una directa en Facebook en la que exigió poder ver y hablar con su hijo, con quien no ha tenido comunicación desde que fue hecho prisionero.
La mujer cuestionó que su hijo y sus dos compañeros lleven más de un mes encerrados sin poder hablar con sus familiares, ni que estos sepan nada de ellos.
"Como si hubieran matado a alguien, como si hubieran asaltado un banco, como si hubieran puesto una bomba, como si hubieran hecho lo más horrible del mundo, es la medida que están tomando con esos muchachos", afirmó.
"Por qué no me dejan hablar con él, ni aunque sea una llamada telefónica para yo saber de ellos", agregó.
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