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El activista cubano LGBTI Jimmy Roque Martínez, que trabajó para el sistema de salud de la isla, dijo este domingo sentir “vergüenza” ante el silencio de los trabajadores del sector sobre el caso de Luis Manuel Otero Alcántara, líder del Movimiento San Isidro, y otras situaciones del país.
“Durante años trabajé en el sistema de salud cubano. Ahora siento vergüenza de los profesionales de ese sector que callan ante lo que sucede con Luis Manuel (Otero). Siento vergüenza por los que no denuncian la crisis humanitaria que existe en Cuba por la falta de medicamentos. Vergüenza por la manipulación en las cifras de los casos de Covid”, dijo en Facebook.
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“Mi hermano estuvo ingresado porque dio positivo a la Covid y a nadie en mi casa le hicieron pruebas para saber si estaban positivos, y mi mamá es una persona de riesgo, pues tiene 69 años. Ahora ha pasado lo mismo con una vecina de igual edad y que el sobrino que vive con ella estuvo ingresado por ser positivo”, explicó.
Roque confesó sentir “vergüenza por la cobardía de mis excompañeros de trabajo”. “Ellos saben que yo nunca me quedé callado y protestaba y decía lo que pensaba delante de cualquiera, más aún delante de algún funcionario o defensor del gobierno. Muchos son testigos que expresé mis críticas a mis jefes inmediatos, al propio ministro, a Carlos Lage, a funcionarios del Ministerio y del PCC”.
“Esto lo digo solo para que quede claro que no pido que se haga algo de lo que yo no fui capaz. Da vergüenza tanta cobardia, tanta traición a la ética médica”, concluyó.
Varios cubanos se han pronunciado sobre el deterioro de Otero tras las últimas imágenes publicadas para “aclarar” aparentemente el estado del activista, internado en una sala de terapia del Hospital “Calixto García” en La Habana, adonde fue trasladado cuando cumplía su séptimo día de huelga de hambre y sed contra la represión de las autoridades.
Sin embargo, las denuncias sobre el caso desde el sector de la Salud han sido escasas. Hace unas semanas, el médico cubano Alexander Pupo criticó a los galenos de la isla que prestaban sus servicios bajo órdenes de la Seguridad del Estado, incurriendo así en faltas éticas contra la sociedad civil.
“Aberrante ver como médicos cubanos se prestan para participar de las más maquiavélicas torturas de la seguridad del Estado contra el pueblo. Son hipócritas que olvidaron su juramento hipocrático. No son médicos, son armas con conocimiento de medicina. Dan asco”, expresó.
La víspera, un médico anunció que renunciaría a la Sociedad Cubana de Psiquiatría debido a la falta de transparencia institucional en relación con el caso de Luis Manuel Otero.
A pesar de que ciertamente las manifestaciones de inconformidad por parte del gremio no abundan, se conoce que muchos laboran en condiciones deplorables aun en medio de la crisis sanitaria por la pandemia.
Una de las denuncias sobre esta realidad llegó justamente de parte de un trabajador del “Calixto García”, que en un video mostró las instalaciones plagadas de cucarachas, goteras y techos rotos en noviembre de 2020.
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