Un grupo de cubanos que atraviesa la temida selva del Darién ha tenido que cruzar un río crecido tras las últimas lluvias. Lo han hecho, en ocasiones, llevando a sus hijos de pequeña edad a la espalda.
En un vídeo al que ha tenido acceso CiberCuba, se ve a un joven con un menor de edad a la espalda, cruzando con dificultad una río caudaloso. Su único asidero son las manos de otros cubanos, colocados en fila de orilla a orilla, que sostienen a los padres que han tenido la valentía de cruzar la selva con niños pequeños a cuestas.
"Esto es lo que hay que pasar para lograr el éxito: la selva del Darién, con niños chiquitos y bastante hondo que está esto", dice la persona que graba el vídeo, mientras señala con su dedo índice una vegetación tupida en la que asegura que aguardan unas 300 personas, entre mujeres y hombres, a la espera de cruzar el río.
"Esto está crudo, hermano", se le escucha decir.
Según la explicación que acompaña al vídeo, ese río hay que pasarlo entre diez y doce veces para acortar camino. "Lleva tres días lloviendo", añadió la persona que graba, mostrando una panorámica de la zona que estaban atravesando en ese momento.
"Está la crecida. Ya ha bajado un poco el caudal del río. Éste es el trabajo que hay que pasar", lamenta.
No cualquiera puede cruzar el Darién. En abril pasado las autoridades panameñas dieron parte de cuatro migrantes que murieron ahogados en la selva. En ese momento no estaba clara la identidad de los fallecidos, pero una portavoz del Gobierno dijo a Martí Noticias que se creía que eran cubanos.
Al menos una docena de migrantes ha perdido la vida en lo que llevamos de año en el cruce fronterizo entre Colombia y Panamá, una porción de selva conocida como el Tapón del Darién, según informó el Ministerio de Seguridad panameño.
La ruta, usada cada año por miles de personas de todo el mundo que viajan de manera irregular hacia Estados Unidos, es un área selvática y pantanosa sin vías terrestres de transportación, lo que obliga a los migrantes a escalar, emprender largas caminatas y atravesar ríos crecidos.
Reconocida como la selva más peligrosa del mundo, las caravanas de personas que buscan llegar hasta Estados Unidos han sufrido ataques de contrabandistas, mujeres y niñas han sido agredidas sexualmente o han terminado víctimas de la trata. Otros han perdido la vida.
En lo que llevamos de año las autoridades de Panamá, país en el que desemboca la selva del Darién, han registrado un incremento del número de cubanos que atraviesa su territorio en dirección a la frontera con Estados Unidos.
La cifra ha ido incrementándose desde los 126 de enero de 2021 hasta los 1.514 de mayo pasado. En total, en los primeros cinco meses de este año han entrado a Panamá 3.383 cubanos. De hecho somos la nacionalidad más numerosa, sólo superada por los haitianos (8.621 migrantes en el mismo período).
El endurecimiento de la crisis económica en Cuba y la falta de empleo provocada por la crisis de la COVID en muchos países de América Latina donde hasta ahora trabajaban muchos migrantes cubanos les ha llevado a emprender viaje, básicamente con lo puesto.
El hecho de que los trámites migratorios estén paralizados desde 2017 en La Habana empuja a los padres que aspiran a entrar en Estados Unidos a hacer esta travesía con sus hijos pequeños para evitar pasar años separados.
Incluso hay mujeres cubanas que han dado a luz en el Darién y han puesto el nombre de la selva a su hijo. Es el caso de un pequeño, hijo de cubanos, que ha cumplido dos años y no conoce otra vida que la de migrante. Él se dirige con sus padres a la frontera de Estados Unidos.
Quienes han vivido la experiencia están de acuerdo en que atravesar la selva del Darién no es fácil. "Esto no es para todo el mundo", advierten a los que están pensando en lanzarse a la aventura.
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