El gimnasta cubano Manrique Larduet Bicet desmintió a un dirigente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), acerca de los motivos por los que no asistirá a las Olimpiadas de Japón, a pesar de estar clasificado.
En un mensaje compartido en su muro de Facebook, el estelar atleta subrayó que gracias a su esfuerzo y dedicación se ha ganado un espacio en la élite mundial y tiene nivel para todo tipo de competencia.
"Renuncié desde febrero y hasta la fecha no me han preguntado ni cómo me he sentido. Asumo la responsabilidad de mi renuncia, pero no asumo la falta de respeto. Si me mantuve callado es porque no quería seguir lastimándome emocionalmente, me sentía muy mal", afirmó.
Manrique negó así las palabras de José Antonio Miranda, director de alto rendimiento del INDER, quien el sábado declaró al portal especializado Jit que el gimnasta no acudiría a la cita de Tokio porque estaba "desprovisto de la forma física y técnica necesaria para un evento de ese nivel".
El joven consideró injusta la forma en la que se habló sobre él en la publicación, y señaló que debía aclararlo.
"Si van a cuidar su imagen, cuiden a los sacrificados también. Mis saludos a mi pueblo y a todos los gimnastas del mundo que se han preocupado por mi participación en los juegos. Para mi pueblo de Cuba y en especial a mi querido Santiago, que siempre me recuerden como el gran campeón que soy", concluyó.
Los problemas del gimnasta comenzaron cuando su entrenador, Carlos Rafael Gil Hernández, fue expulsado del INDER en 2019, en un proceso cargado de irregularidades en el que se desconoció su fecunda trayectoria como preparador del equipo nacional.
En octubre de 2020, Manrique divulgó un mensaje dirigido a Gil Hernández, en el que explicaba lo difícil que era entrenar sin él.
"Es verdad, puedo entrenar con cualquier entrenador, porque para mí todos merecen mis respetos; pero la relación, la amistad, la hermandad, los lazos de sangre, la unión, eso que hace de un binomio cuadrado perfecto, eso sí no se logra con cualquiera", recalcó.
En aquel post, el ganador de dos medallas de oro y plata en los Centroamericanos de Barranquilla aún mantenía el sueño de competir en las próximas Olimpiadas y alcanzar una medalla.
"Tenemos que trabajar juntos. No podemos perder estos doce años de sacrificio mío, pero también tuyo. Mucha gente sueña con vernos brillar otra vez (...) Tú eres mi entrenador y siempre lo vas a ser. El que siempre estuvo ahí, al principio y al final. Confío en que el resultado olímpico llegará, me siento dispuesto para luchar...", agregó.
Apenas un mes después, en noviembre, Manrique denunció que las cosas con su preparación olímpica no andaban nada bien, y señaló que se estaba cometiendo una injusticia con él y con su entrenador.
"Es difícil que mi carrera esté en juego en personas que nunca en la vida me han visto ni entrenar. Que eso lo considero una falta de respeto. Gente que no sabe lo que significa para mí ir todos los días a entrenar, a pesar de todas las dificultades que existen. (...) Me duele y me choca ver cómo los atletas del mundo se preparan con toda la tranquilidad con vistas a los Juegos Olímpicos y yo aún en el aire", cuestionó.
Finalmente, en enero de este año el atleta compartió un post en el que dejaba entrever la posibilidad de renunciar al deporte, decisión que adoptó al mes siguiente.
"Si algún día me voy de mi carrera deportiva me iré contento del legado que dejo. Saber que puse a toda una Cuba contenta en cada una de mis participaciones. Saber que soy un orgullo para mi pueblo, mi barrio, familia...", expresó.
Manrique culpó entonces a quienes tildó de "frustrados que no dejan avanzar, solo por dolor al vernos brillar".
"El camino a mis sueños trazados cada vez se hace más difícil. Por mucho que yo quiera, solo no podré lograr grandes cosas. (...) Con esto digo que solo es imposible y sin apoyo mucho menos. Podré tener la motivación al 3000 % , pero todo no se puede dejar al sacrificio", afirmó.
Por su parte, Gil Hernández, el entrenador de Manrique que había contratado a un abogado para reclamar su sanción, anunció en enero que abandonaba toda esperanza de regresar a su trabajo en el INDER.
"Lo peor y los más dañino que existe para los procesos, en especial el deporte, son aquellos entrenadores y directivos frustrados, aquellos que quisieron lograr algo pero no pudieron por incapaces", recordó, citando a un amigo.
"Cierro un capítulo de mi vida en estos momentos y me despido de mis mayores sueños. Fue y siempre será un placer representar a Cuba", manifestó.
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