Bajo un cielo nublado y lluvioso, cientos de residentes en el municipio de Cárdenas, en la provincia de Matanzas, se lanzaron a las calles para protestar contra el gobierno de Miguel Díaz-Canel al grito de Patria y Vida.
Haciendo sonar las bocinas de motos y automóviles, los cardenenses marcharon por las calles de la ciudad para manifestar su inconformidad con la gestión de un gobierno y un régimen político que, tras más de sesenta años en el poder, ha sido incapaz de proveer a los cubanos de bienes públicos de calidad, justicia y prosperidad.
Los cardenenses, agobiados y desesperanzados por el impacto del coronavirus en la provincia de Matanzas, también han encontrado en ello la energía suficiente para salir a reclamar sus derechos y un trato justo por parte de las autoridades que intentan minimizar las consecuencias de su mala administración.
Al momento de redactar esta nota, a la redacción de CiberCuba llegan reportes de otras manifestaciones que suceden en La Habana y otros puntos de la geografía cubana.
Hasta San Antonio de los Baños, pueblo en el que al parecer se encendió la mecha de la insurrección pacífica que protagonizan los cubanos en este domingo histórico, se desplazó el gobernante Miguel Díaz-Canel con el ánimo de aparentar tener el control de la situación y recuperar esa “normalidad” en la que la calle es para los revolucionarios.
La jugada, que recuerda la maniobra del dictador Fidel Castro cuando el Maleconazo de La Habana, presenta aristas muy diferentes en tiempos de continuidad, ya que el malestar de los cubanos ha venido madurando con la crisis que asola el país y las protestas parecen extenderse por todo su territorio.
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