La prestigiosa actriz y directora de teatro cubana Flora Lauten, expresó su solidaridad con los jóvenes que salieron a las calles a exigir el fin de la dictadura castrista, a quienes alabó por su valentía y coraje.
En un texto compartido por el escritor y dramaturgo Abel González Melo, Lauten reivindicó el derecho de las generaciones actuales a luchar por lo que creen justo, y pidió que cesaran de juzgar a los manifestantes en juicios sumarios a los que sus familiares no tienen acceso.
"Son nuestros hijos, que crecieron y enseñan con su piel y sus heridas, que tienen derecho a la palabra y la acción. No más cárceles sin juicios públicos", demandó.
La Premio Nacional de Teatro 2005, que fue Miss Cuba en 1960, subrayó que los cubanos que se lanzaron a las calles el pasado 11 de julio heredaron de sus antepasados "la incapacidad de seguir alimentando palabras que se hacen retóricas y giran en el vacío".
"Hay que enfrentar la verdad sin miedo, bajar la cabeza con humildad y decirles: nos equivocamos en mucho, ayúdame a construir la patria anhelada sin aplastar criterios. Cuánta juventud ha emigrado. ¿Hasta cuándo seguiremos tapándole al sol sus manchas? (...). Son nuestros hijos, tendamos puentes de criterios, abramos brazos y alma para cantarles nuestro orgullo", concluyó.
Varias personalidades de la cultura cubana se han pronunciado contra la represión de las autoridades cubanas contra manifestantes pacíficos que exigieron la libertad del pueblo.
Uno de ellos fue el cineasta Fernando Pérez, quien declaró que lo que ocurrió en Cuba fue un estallido social y no solo disturbios o vandalismo, como pretende hacer creer el discurso oficial.
"La construcción de ese país tiene que ser a través del consenso y no de la violencia y la represión. Una Cuba en la que la tranquilidad y la unidad tengan que ser preservadas con las calles en manos de las tropas especiales, será una Cuba rota", subrayó el director de Suite Habana.
También el joven pianista Harold López-Nussa se posicionó a favor de un diálogo nacional en el que confluyan las diversas posturas políticas en la Isla.
"Es muy ingenuo pensar que todos vamos a estar siempre de acuerdo. Eso no ocurre ni en familias de dos miembros. Entonces, cuesta mucho creer que no haya un espacio para aquellos que no están de acuerdo con lo que sea. Me gusta pensar que todos tenemos el mismo derecho a expresarnos. No podemos esperar que 11 millones de cubanos pensemos de la misma manera", señaló.
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