Tres mujeres del albergue del barrio de San Isidro, en La Habana, fueron detenidas este domingo durante varias horas bajo los cargos de atentado y desorden público, tras haber sido reprimidas por la policía por protestar en contra de la demora en la atención a cinco niños enfermos con COVID-19.
Las mujeres fueron liberadas en horas de la noche, aunque con la condición de que tenían que regresar al interior del edificio todas sus pertenencias, que han permanecido casi que en la calle desde el 7 julio a modo de protesta, según confirmó a CiberCuba uno de los residentes del albergue.
La misma fuente relató que varias mujeres y menores de edad, integrantes de las nueve familias que decidieron permanecer en los bajos del albergue de la calle Desamparados, entre Damas y Cuba, salieron en horas de la tarde de este sábado a protestar pacíficamente por el tiempo que llevaban esperando a que fueran a buscar a cinco niños enfermos de COVID-19 con mucha fiebre, cuando fueron agredidos violentamente por un grupo de policías que intentó devolverlos a la fuerza al edificio.
De acuerdo con el testimonio ofrecido a nuestra redacción, la Policía los agredió con bastones sin importarles que eran mujeres y menores de edad que pedían pacíficamente fueran a buscar a los cinco niños enfermos.
“Cuando vimos que la policía nos cayó atrás, lo único que hicimos fue abrazarnos todos, unirnos, pero cuando vieron que no podían con nosotros en el forcejeo, comenzaron a darnos bastonazos, muchos bastonazos”, contó el también testigo de los hechos, quien pidió mantener su anonimato por temor a más represión contra su familia y el grupo del albergue.
También refirió que se presentaron funcionarios del gobierno, pero no hicieron nada y solo estuvieron allí media hora nada más.
Ninguno se interesó por las lesiones de las mujeres y menores de edad, quienes quedaron con visibles marcas y dolores en los brazos por los golpes con las tonfas de la policía.
Dijo que, lamentablemente, no le dio tiempo a documentar la agresión, que ocurrió cerca de las 6 y 30 de la tarde del sábado, aunque sí recuerda el número de identificación de uno de los policías agresores.
“No nos dio tiempo hacer un vídeo porque estábamos todos. Solo recuerdo la chapa de uno de los policías. Tiene el número 044478. Ese nos rompió hasta una mesa”, detalló.
Desde el 7 de julio último estas nueve familias permanecen en los bajos del edificio, prácticamente en la calle, por las pésimas condiciones del albergue de San Isidro donde viven desde hace cuatro años en la capital cubana.
En esa ocasión bajaron con todas sus pertenencias, incluidos sus muebles, para el medio de la calle, en protesta por la demora en la respuesta del gobierno por las condiciones de inseguridad e insalubridad en la que viven 65 núcleos familiares, con unas 250 personas en total.
“Nos trajeron por seis meses y llevamos cuatro largos años viviendo en estas malas condiciones. Todos nacimos en La Habana Vieja. Nos sentimos más seguros afuera que allá dentro. Solamente en estas nueve familias hay 14 menores de edad. Somos mujeres, niños, personas enfermas de cáncer y discapacitados viviendo en estas condiciones”, relataron en esa ocasión a CiberCuba.
“Queremos que nos entreguen las casas que nos pertenecen. No subiremos hasta tener una respuesta del gobierno y de la dirección de la Vivienda”, dijeron.
Casi un mes después, estas familias se mantienen aún en las mismas condiciones, pero con el agravante de que la pandemia ya tocó sus predios y la represión policial se hizo efectiva luego de varias amenazas de sacarlos por la fuerza. Aún están bajo vigilancia por agentes de la Policía.
“Vinieron hoy por la mañana para que entráramos nuestras cosas, pero nosotros seguimos aquí”, puntualizaron.
Las mujeres detenidas por la policía, quienes tuvieron que dejar a sus hijos en esas condiciones del albergue, se nombran Sara, Yudith y Sonia. Ellas son del barrio de San Isidro, el mismo que se unió a las protestas del 11J, el mismo que acoge la casa de Luis Manuel Otero Alcántara y el mismo que carga con una larga historia de pobreza e injusticia.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: