El escritor cubano Carlos Manuel Álvarez presentó este sábado en Miami Falsa guerra (Sexto Piso, 2021), una novela cuyo tema central es el exilio y el desarraigo que provoca.
En la Iglesia Congregacional Unida de Cristo de Coral Gables, Álvarez, junto a la también escritora y guionista Wendy Guerra, explicó que su segunda novela trata sobre el desarraigo que provoca el exilio, “no solo entendido como el desplazamiento hacia otra geografía, sino como una condición particular del tiempo”.
“Te vas de un lugar y todavía no te has amarrado a las costumbres del lugar nuevo al que has llegado. El exilio entendido como un momento de lucidez en que nada te ata y que puedes ver las cosas desde un lugar que antes no podías”, añadió el escritor en el evento organizado por Books & Books y transmitido en vivo por las redes sociales de la revista independiente El Estornudo, de la cual Álvarez es director editorial.
Para Guerra, la novela de Carlos Manuel Álvarez “establece otra narrativa, la de rutas asimétricas y descarnadas, personajes desintegrados en las arenas de otras playas, seres que él enfoca y desenfoca supeditando sus roles, gestos y circunstancias definitivas en esa nueva profundidad de campo”.
Álvarez, quien es también el autor de La tribu. Retratos de Cuba y Los caídos, bajo el sello editorial Sexto Piso, detalló que Falsa Guerra es “una novela polifónica, coral, de muchos personajes, donde no hay una historia central, sino fragmentos. Son historias de distintos personajes que se entrecruzan en sus vidas, justamente para reproducir la experiencia fragmentada y difusa que es exiliarse”.
Abundó que su intención cuando la escribió fue “mostrar los distintos exilios, los distintos modos de vivir en un territorio aparentemente ajeno, además de buscar los distintos significados de Patria, Destierro, Exilio. Lo que significan realmente y cómo nos sentimos allá dentro, cómo reinventamos nuestra identidad”.
“Falsa Guerra gira en torno a esos temas, que para mí más que temas, son obsesiones”, apuntó además en la presentación de su última obra, que contó con la presencia de varios lectores de su obra en el sur de Florida.
El autor explicó que en la novela no hay un cierre. “Es un ejercicio que intenté hacer también en mi libro de cuentos La tarde de los sucesos definitivos y que parte de una condición de que no hay cierres en las historias”.
“Los cierres vienen siempre después de una construcción lineal de los acontecimientos, pero todo lo que vivimos, absolutamente todo, es simultáneo, polifónico, viene en trazo y no tiene que ver con conclusiones. Se viven como experiencias sueltas. Cuando salimos a la calle somos un cuerpo multisensorial, que va a sentir muchísimas cosas y eso no hay manera de integrarlo dentro de un relato cerrado”, concluyó el escritor, quien también firmó varios ejemplares de su novela a los lectores presentes.
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