La discóbola cubana Yaimé Pérez, campeona mundial de 2019, obtuvo la medalla de bronce de la especialidad en los Juegos Olímpicos de Tokio, mejorando así sus actuaciones en las citas estivales de 2012 y 2016.
La santiaguera aseguró la presea con un primer envío de 65,72 metros que solo fue inferior a los de la favorita norteamericana Valarie Allman (68,98) y la alemana Kristin Pudenz (66,86, marca personal).
En esta campaña, Allman había conseguido un disparo de 70,01 metros.
Sorpresivamente, la bicampeona olímpica croata Sandra Perkovic quedó fuera del podio, limitada a 65,01.
Abanderada de la delegación cubana junto a MIjaín López, Yaimé se había clasificado a la final con la séptima mejor marca de la ronda (63,18), en fecha donde su compatriota Denia Caballero resultó eliminada con pobre registro de 57,96.
De 30 años, Yaimé no había podido alcanzar premios en dos incursiones previas (2012 y 2016) a este nivel.
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