El luchador de greco Luis Alberto Orta salió a los colchones de Tokio con el discreto aval de un bronce en los Panamericanos de Lima, pero en Asia no creyó en nada ni nadie y en la final se deshizo del mismísimo japonés campeón del mundo, para darle a Cuba la primera medalla dorada de los Juegos.
Por el oro de la división de 60 kilogramos, el cubano venció a Kenichiro Fumita, doble monarca del orbe, por marcador de 5-1.
El camino de Orta hacia la gloria estuvo plagado de obstáculos. A saber, empezó derrotando al estadounidense Ildar Hafizov (5-0) para a seguidas dar la clarinada a costa de Sergey Emelin, del Comité Olímpico Ruso (4-3), un hombre con oro y plata en certámenes mundiales y dos triunfos en campeonatos europeos.
Una vez en semifinales, el habanero de 26 años batió por superioridad (11-0) al moldavo Victor Ciobanu, subtitular del Campeonato Mundial Budapest 2018.
En breve el gran Mijaín López buscará su cuarto título olímpico.
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