Cuba casi quintuplica tasa de positivos en coronavirus de la OMS

La ampliación urgente de cementerios, enterramientos en fosas comunes en Santiago de Cuba, y la muerte de cubanos, por falta de medicinas,respiradores artificiales, oxígeno, camas hospitalarias y atención médica evidencian la magnitud de la crisis sanitaria, la falta de previsión del gobierno y su incapacidad para afrontar el desafío con efectividad y alejándose de la politización recurrente en los asuntos cubanos.

Cubano enfermo de coronavirus © CiberCuba
Cubano enfermo de coronavirus Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 3 años

Cuba tiene una tasa de 23,6% de positividad en coronavirus, pero el gobierno sigue negando el estado de pandemia, pese a que el número total de enfermos avanza hacia el medio millón, y se limita a hablar de fase de transmisión autóctona, que fatiga, física y psíquica del personal sanitario, mientras intenta ocultar la escasez de medicamentos, respiradores artificiales y oxígeno y de información científica sobre las vacunas.

La ampliación urgente de cementerios, enterramientos en fosas comunes en Santiago de Cuba, y la muerte de cubanos, por falta de medicinas,respiradores artificiales, oxígeno, camas hospitalarias y atención médica evidencian la magnitud de la crisis sanitaria, la falta de previsión del gobierno y su incapacidad para afrontar el desafío con efectividad y alejándose de la politización reietrada.


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Las OPS y OMS establecen en el 5% el límite asumible de tasa de positividad, que Cuba supera en 4,72 veces y ha provocado que el doctor Durán haya dejado de referir ese índice en sus comparecencias diarias, escamoteándolo porque, en los últimos 14 días, la magnitud alcanzó 1.048,24 cubanos por cada cien mil habitantes, como reconoció Cubadebate este miércoles.

En los tres primeros días de agosto, Cuba acumuló 28.271 nuevos infectados por COVID, con saldos diarios de más de nueve mil nuevos casos, muy lejos ya de aquel vaticinio de Durán de un máximo de 30.000 enfermos en el momento pico de la pandemia, inmediatamente desmentido por el gobierno.

Las tablas sobre coronavirus en Cuba permiten apreciar un aumento vertiginoso de enfermos y fallecidos desde finales de marzo y nada indica que vaya a amainar la tragedia, que ha colapsado hospitales, centros de internamiento para observación epidemiológica y -lo más grave- ha extenuado física y psicológicamente a médicos, enfermeros, personal sanitario y directivos de hospitales y policlínicos.

Por provincias, Villa Clara (43%), Cienfuegos (40%), Ciego de Ávila (37,3%) y Artemisa (37,3%) son las regiones más devastadas por el coronavirus ante la inacción efectiva gubernamental, que reitera mensajes politizados como el embargo norteamericano y sigue sin abrir hoteles de GAESA para atender a los enfermos.

Por ejemplo, Cienfuegos reportó el 3 de julio, 73 nuevos enfermos; un mes más tarde, es decir, al cierre del 3 de agosto, reportó 1.032 nuevos infectados, más de catorce veces el número de enfermos en treinta días; pero no se ha informado oficialmente sobre las causas de esta virulencia epidémica, medidas tomadas ni se ha anunciado el cese de responsables sanitarios.

En Ciego de Ávila, la cepa Delta de la Covid-19 -una de las variantes más contagiosas- colapsa servicios de Terapia Intensiva, salas de ingresos y centros de Observación epidemiológica con un ritmo macabro de 49 fallecidos en los tres primeros días de agosto, cuando se han contagiado otros 3.772 avileños, siempre según cifras del Minsap, que -a veces- difieren de las manejadas por las autoridades sanitarias provinciales.

La magnitud de la tragedia que asola a Ciego de Ávila quedó evidenciada con la entrega a la provincia de un incinerador móvil de cadáveres, con capacidad para cremar hasta seis fallecidos en 24 horas, según la prensa provincial.

El impacto de las cifras de muertes y contagiados, que angustia al resto de la población, se suma la desorganización gubernamental y la escasa capacidad de autoridades municipales para explicar a sus vecinos decisiones que trascienden su ámbito de responsabilidad, como dedicar hospitales de su territorio a la atención de enfermos de COVID, trasladando servicios de parto y neonatología a las cabeceras provinciales, como ocurre en Villa Clara, Granma y zonas de Camagüey, según el testimonio de afectados.

El año pasado, el gobierno aseguró que garantizaría la producción de doce medicamentos, que nunca especificó y oxígeno medicinal, pero ahora manda a enfermos de coronavirus a sus casas, sin medicamentos y sin oxígeno.

El año pasado, el gobierno aseguró que, a partir de varios prototipos, empezaba a producir ventiladores médicos, a día de hoy no hay para todos los enfermos y están muriendo pacientes asfixiados, pese a que las autoridades insisten en sus voluntad de soberanía tecnológica informando, en mayo, que la serie Cero del respirador artificial cubano -tras un año de trabajo- estaba lista para su certificación por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed).

Hasta el momento de redactar esta nota, el Minsap no ha vuelto a informar sobre dicha certificación, cuántos ventiladores artificiales se produjeron, dónde están instalados y qué criterios se siguieron para su distribución territorial.

Cuba también informó sobre la producción experimental de cinco vacunas, reducidas finalmente a dos, Soberana 02 y Abdala, fruto de un acuerdo con el gobierno de Irán, ocultado hasta fechas recientes; y con escasa información científico sobre su composición y ensayos clínicos, aunque las autoridades cuantificaron en 92% su índice de efectividad y han evitado informar de fallecimientos de personas ya vacunadas, como ocurre en otros países.

El embargo norteamericano excluye alimentos, equipos médicos, medicinas y prótesis, como se puede comprobar en la legislación norteamericana, en las estadísticas sobre importaciones de la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei) y en las propias tiendas en dólares norteamericanos en Cuba, donde los pollos estadounidenses son los más vistosos y apreciados.

Hasta este miércoles, permanecían en estado crítico 434 cubanos, según datos del Minsap que -al informar sobre enfermedades previas en los fallecidos- refleja alta incidencia en Hipertensión arterial: Cardiopatía isquémica, Enfermedad pulmonar obstructiva crónica, Obesidad y Diabetes Mellitus, que identifica como causas aleatorias de muertes.

La aguda escasez de medicamentos obligó al gobierno a autorizar la libre importación de medicinas, junto a alimentos y artículos de aseo, al menos hasta el próximo 31 de diciembre; un alivio pedido reiteradamente por la oposición y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).

Pese a la evidencia del desastre sanitario, que comenzó tras la desaparición de la Unión Soviética, el gobierno insiste en criminalizar lemas como SOS Cuba y Cuba Muere, que intenta descalificar ubicándolos en lo que llama matriz subversiva, sin reconocer su mala estrategia epidemiológica.

A 27 años del Maleconazo, la Unión de Jóvenes Comunista organizó una caravana progubernamental que aglomerará este jueves a cientos de cubanos en las principales calles de La Habana, pero su nueva primera secretaria, Aylín Álvarez, justificó la algarada en que otros alientan una repetición del 11 J y, reconociendo el duro momento que vive Cuba, trivializa asegurando que se puede morir de Covid-19, de una bomba o de una pedrada en la cabeza.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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