El periodista cubano Serafín Morán denunció el viernes en redes sociales que su abuela materna había fallecido en el Hospital Clínico de 26, en La Habana, producto de la falta de atención médica en dicho centro.
Según relató y confirmó en declaraciones a CiberCuba, Mercedes Mendoza, de 88 años, llegó a la referida institución con neumonía, tras lo cual fue internada. Sin embargo, sus familiares exponen que el médico ocupado de su caso, decidió quitarle la mascarilla con oxígeno aparentemente sin ningún motivo que lo justificara.
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“La mataron, porque, aún con vida, a mi abuela el médico le quitó la manguera del oxígeno. Porque le dio la gana. Mi familia lo vio todo”, dijo Morán en una publicación en Facebook.
De igual modo, el hijo de Mendoza, comentó en un video que su madre murió porque ellos eran una familia de “negros y pobres”. “No había nada para atenderla”, aseguró, señalando que en el hospital es “malísima” la atención.
Sin embargo, dijo, si su familia hubiera sido otra, la realidad fuese muy distinta. “Yo acuso al gobierno cubano por la muerte de mi madre, por unos bulbos de rocefín mi madre podía haberse salvado, pero no había medicamentos para nosotros, que somos negros y pobres en este país”, planteó.
“Cuando Fidel Castro estuvo enfermo, gastaron todos los recursos para salvarlo”, recordó. De igual modo, declaró que su madre no tuvo la atención que pudieran recibir “los hijos de Díaz-Canel, de Marrero o de Bruno Rodríguez, de todos esos sinvergüenzas que tienen al país sumido en la pobreza y la miseria”.
“Ellos son a quienes hay que acusar. Son los asesinos”, sostuvo.
La publicación de Morán en Facebook ya acumula más de mil veces compartida y cientos de reacciones y comentarios. “Cuánta falsedad del discurso robado de una extinta Revolución. EPD, la abuela y sus sueños tan duramente secuestrados. Condolencias y mucho dolor. La Patria merece vida y no ausencia mortal de humanidad”, dice uno de ellos.
Morán actualmente reside en Estados Unidos, luego de pasar casi seis meses en un Centro de Detención para migrantes en Pearsall, Texas, y que le fuera otorgado en 2018 el asilo político en la nación norteamericana.
En Cuba, había estado vinculado a varias organizaciones opositoras al régimen de La Habana, además ejercía el periodismo para medios no vinculados al Gobierno, lo que hizo que fuera constantemente reprimido. También sus familiares fueron agredidos por las autoridades de la isla.
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