El pintor, diseñador y fotógrafo Arturo Cuenca, una de las personalidades más singulares del arte cubano contemporáneo, falleció en Miami a los 65 años.
Aún son imprecisas las circunstancias de su muerte, que se conoció al final de la tarde de este jueves a través de amistades del artista. El cuerpo fue traslado a la Oficina Forense de Miami-Dade y el caso está bajo investigación para determinar las causas del fallecimiento.
De acuerdo con los testimonios obtenidos por CiberCuba el cuerpo de Cuenca fue hallado en su apartamento en el noroeste de Miami el pasado lunes, luego de que vecinos percibieran un raro olor en el lugar y alertasen a las autoridades. La administradora del edificio conocía que el ocupante del apartamento era un pintor cubano y trató de localizar a algún familiar suyo a través de la comunidad artística local.
"La mánager del edificio contactó a la fotógrafa cubanoamericana María Martínez Cañas y a través de ella se movilizó a un grupo de pintores que conocían a Cuenca desde Cuba", dijo uno de los artistas que fueron localizados para llegar hasta una hermana del fallecido. "Todo se desenvolvió muy rápido y hubo una gran cooperación entre muchos amigos y personas para encontrar a sus familiares".
Se estima que el fallecimiento del artista se produjo después del 8 de agosto y que transcurrieron al menos seis días antes del hallazgo del cadáver.
"Arturo Cuenca, Saltimbanqui de la obra que mami adoraba, mi profesor de teatro japonés, mi peluquero mi diseñador privado y ese hombre que estéticamente me mostró un camino donde el arte y los vestidos se vuelven escudos. ¡Adiós, saltimbanqui querido! Este es el fin de una era", escribió la escritora Wendy Guerra, amiga cercana del pintor.
La noticia de su deceso motivó una ola de reacciones en las redes sociales por parte de amigos y admiradores de su arte desde los años en Cuba.
"Buen viaje Arturo Cuenca (...) Mi generación no podrá olvidarte. Siempre fuiste un artista total, un hombre diferente. Lo fuiste tanto que el círculo se cierra temprano. Veo a los de hoy escandalizar y me dan risa. Tú lo creaste todo desde el alma e hiciste de la ciencia: ideología. Luz para ti, hermano", dijo el realizador Juan Pin Vilar desde La Habana.
Con la muerte de Cuenca desaparece una figura esencial del movimiento artístico que se generó en Cuba en los años 80, y un creador que marcó su obra con un signo de originalidad y permanente experimentación en las formas expresivas para plasmar las imágenes de su tiempo, desde una base de documentación fotográfica.
Fue también un pensador polémico, un transgresor que reflexionó de manera apasionada sobre los vínculos entre arte e ideología, también reflejados en numerosas de sus piezas, y un hombre con especial talento para los diseños de vestuario, la decoración, las habilidades artesanales, la peluquería y la cocina.
Sus creaciones tenían una fuerte carga conceptual. Cuenca denominaba su estilo como palimpsesto, debido a que configuraba las imágenes a partir de planos superpuestos, tratando de llevar al lienzo el dinamismo de la realidad y de las ideas que la definían.
Nacido en Holguín el 20 de septiembre de 1955, Cuenca cursó estudios de Pintura en la Academia Nacional de Bellas Artes de San Alejandro en La Habana y de Literatura en la Escuela Nacional de Instructores de Arte.
Su carrera comenzó a cobrar atención en Cuba cuando se agenció el Premio Nacional de Paisaje, en 1982, y luego el Premio en el Salón de Pintura de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en 1985.
Desde ese momento sus piezas ocuparon espacio en exposiciones colectivas nacionales e internacionales. También alcanzó premios en el Encuentro de Grabado de 1987 y en el Salón de la Ciudad de La Habana en 1988, y expuso con éxito en el Musée d’Art Moderne de París, y en el Centro Cultural de Bechem, Bélgica.
Protagonista de la generación intelectual y artística de los años 80, que buscó una incidencia crítica en la realidad del país, Cuenca comenzó a transitar desde sus autodeclarados posicionamientos marxistas al desafío frontal con las autoridades culturales y políticas del país.
Fue sonado su enfrentamiento, en febrero de 1988, con el entonces poderoso dirigente ideológico del PCC Carlos Aldana, en una reunión de jóvenes artistas con la asistencia de Fidel Castro. Cuenca se levantó de su asiento y pidió a gritos a Aldana que retirara sus cuestionamientos sobre el papel de artistas e intelectuales en la sociedad cubana.
Su permanencia en la isla tenía los días contados. En 1989 marchó a México y allí fundó, en colaboración con Nina Menocal, el Centro Cultural NinArt, organización no gubernamental dedicada a promover las obras de artistas cubanos en el exterior.
En 1991 se radicó en Nueva York, ciudad donde vivió y desarrolló una importante obra pictórica por casi 20 años.
Con posterioridad, se trasladó a Miami y adquirió un apartamento en una zona del noroeste de la ciudad que hoy experimenta un amplio desarrollo urbanístico.
Recibió el premio de la Fundación Cintas en 1992, consistente en una beca de creación.
Fue por entonces muy elogiada su serie fotográfica titulada "Homeless: Subjective and Objective Images", por su aguda sensibilidad al captar el entorno urbano de Nueva York.
"Cuenca utiliza la conciencia crítica del arte conceptual para desmontar las versiones simplistas del mundo. Pero también va más allá de la limitación didáctica de gran parte del arte conceptual al ofrecer al espectador una rica experiencia visual. Sus narrativas comprimidas reinventan con elegancia la historia de la pintura, la fotografía y el cine; Cuenca no ha rechazado nada más que la solución fácil", escribió el crítico Raphael Rubinstein.
Sus experimentos visuales de los últimos años incorporaron de manera determinante el trabajo con el ordenador.
Sus obras figuran en colecciones permanentes de una veintena de museos e instituciones de primer nivel en Estados Unidos, Europa y América Latina. En La Habana, el Museo Nacional de Bellas Artes y la Fototeca de Cuba conservan valiosas creaciones de su primera etapa.
Lo sobreviven sus hermanas Ingrid Cáceres, residente en Miami, e Irma Ramos, radicada en España, y su hermano, José Antonio Jordán, en Rusia. No ha trascendido hasta el momento ninguna información sobre su funeral.
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