La reciente incursión del presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez en La Güinera confirman la precariedad de su liderazgo, la improvisación y el desorden populista de su gobierno, que -tras matar al joven cubano Diubis Laurencio Tejeda- ahora pretende apaciguar el barrio con limosnas.
La estampa de Díaz-Canel paseando del brazo de Ileana Macías, una señora pobre, santera y simpatizante del tardocastrismo, parece obra de un jodedor cubano, pues en un instante consigue sintetizar la guapería rutinera de Andoba con la eterna duda hamletiana de Calixta comité, salvada por un blanco.
El presidente contribuye a cavar su propia tumba política, cuando se desboca: Nunca tuvimos duda de La Güinera; cuando La Güinera no se fía de Díaz-Canel, después de ese sainete grotesco, asumiendo que sus vecinos son tontos y desmemoriados y no les duele el asesinato de un joven nacido y criado dentro de la revolución.
La Güinera es generalidad y no excepción en la haitianización de Cuba y para que las nuevas generaciones cubanas no se dejen engañar, la pobreza y marginalidad en el barrio es crónica desde principios del siglo XX, aunque a finales de su primera mitad, se dotó de servicios de agua potable y luz eléctrica, urbanización y surgieron barrios como Volpe, Rosario y Alturas del Rosario, empresas privadas que daban trabajo a sus vecinos, incluidos una cantera, terminal de guaguas y servicios varios, desaparecidos en los años 60 y 70.
Por tanto, habría que hacer un plan de choque contra la pobreza en toda Cuba y no solo en aquellos sitios donde militares, a las órdenes de Díaz-Canel, maten a pobres, como Diubis Laurencio Tejeda, tildado de antisocial por la prensa que ahora pretende renovar el disminuido e improvisador presidente.
Otro déficit de Díaz-Canel es que no lee la prensa cubana, trufada de triunfalismos vacuos, pero con espacios coherentes y veraces como Acuse de recibo, y de buenos profesionales como José Alejandro Rodríguez, que lleva años clamando en el desierto contra el empobrecimiento de los gobernados y la desidia de los gobernantes.
Miércoles, 2 de octubre de 2019: "María Isabel Reinoso Muñoz, trabajadora del Centro de Neurociencias de Cuba, denuncia en nombre del resto de los vecinos de la comunidad de tránsito El Comodoro, la difícil situación que se vive allí, aun cuando siempre agradecerá el tener un techo y un espacio, como otras personas sin vivienda.
"Según ella, en El Comodoro, sito en Calzada de San Agustín, entre Guinera y Ocho Vías, en el municipio capitalino de Arroyo Naranjo, vivir y convivir allí se ha vuelto muy difícil por múltiples razones.
"Una es que esa comunidad no tiene un administrador que asuma las dificultades que allí se viven y ponga orden en tal sentido. Solo una funcionaria de la Dirección Municipal de la Vivienda aparece de vez en vez. Cada persona asume a su manera estar allí, y se desatan las indisciplinas.
"A ello se le suma que, aun cuando se han entregado viviendas, el «tránsito» en la comunidad es muy prolongado por lo general. Todavía quedan vecinos que están allí (albergados) desde 1998, y María Isabel lleva solo nueve años.
En La Güinera hay otros asentamientos marginales, como El Popular y El blumer caliente, donde sobremueren, principalmente, cubanos emigrados de las provincias orientales, en busca de mejores oportunidades en sus vidas, porque Cuba no solo padece emigración exterior, sino que también soporta un notable flujo migratorio interno.
Además de no leer la prensa cubana, Díaz-Canel, flamante Doctor en Ciencias Técnicas, ahora enriquecidas con el espiritismo, tampoco lee a la universidad cubana que, en 2006, avisó claramente de parte de los problemas de la capital con una minuciosa investigación dirigida por la profesora Luisa Íñiguez Rojas, "Indicadores socio-demográficos e identidad territorial en la provincia Ciudad de La Habana".
Íñiguez Rojas concluyó que: "Teniendo en cuenta el monto poblacional de los municipios y la estructura analizada, la dinámica de los procesos de construcción de identidades territoriales tendría los mayores desafíos en los municipios de Arroyo Naranjo, Boyeros y Habana del Este, donde se concentra la mayor proporción de población joven, en los dos primeros se mantienen saldos migratorios internos de los más elevados de la provincia, mientras Arroyo Naranjo tiene una cantidad y proporción de población nacida y residente en la provincia, muy superior a Boyeros. Habana del Este presenta la menor proporción de nacidos y residentes de toda la vida en el municipio por efecto de las nuevas urbanizaciones, aunque sus saldos migratorios internos disminuyen en los últimos años".
En Cuba, casi todo está estudiado y a disposición de quien tenga voluntad de servir a la nación, sin necesidad de ir saltando de mentira en mentira y mucho menos agredir a los desamparados con falsas imágenes de religiosidad popular de dudosa eficacia.
La exacerbación de los orishas fue un plan del castrismo para contrarrestar a la Iglesia Católica y a España, pero su marginalidad contribuyó a la vulgarización y precariedad de Cuba, en ese afán perverso de convertir a ciudadanos en aceres y a la isla en un tablero de Ifá flotante.
Contrario a la libertad, la producción alimentaria y la independencia económica, el plan Orisha ha tenido un éxito arrollador y el partido comunista y el gobierno están abarrotados de aceres, como el presidente Díaz-Canel que, en La Güinera, dio rienda suelta a su pasión caracolera, con vértigo de iniciado y agonía de muerto grande.
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