El gobernador de Florida, Ron DeSantis, expresó su total desacuerdo con las medidas anunciadas por el presidente Joe Biden que obligarían a millones a estadounidenses a vacunarse contra el coronavirus en medio del repunte de la pandemia.
“Cuando un presidente como Biden anuncia un decreto que viola la constitución, nosotros tenemos el deber de defender al pueblo y la constitución, y eso es lo que vamos hacer”, afirmó el gobernador republicano de la Florida, quien sostuvo el sábado que llevará la discusión a las cortes.
De ese modo, se prevé una batalla entre el gobierno federal y el de Florida, a medida que siguen aumentando los casos de COVID-19, una epidemia que se ha cobrado la vida de miles de personas en el país norteamericano.
Las órdenes de Washington incluyen que todos los empleados federales estén vacunados o, de lo contrario, sean suspendidos o despedidos. También disponen que las empresas de 100 empleados o más reciban las dosis de las vacunas o sean sometidos a pruebas semanales para diagnosticar la enfermedad.
“Tenemos gobernadores luchando contra los oficiales de educación que quieren mantener a los niños seguros”, dijo Biden al anunciar las medidas. “Yo usaré mis poderes como presidente para quitarlos del camino”, agregó.
Por su parte, DeSantis aseguró que el presidente no tiene la autoridad para obligar a que las personas se vacunen y que él lo probaría en las cortes. Ante la situación, el gobierno de Biden se está preparando para posibles batallas legales contra gobernadores republicanos que tienen el respaldo de personas y familias conservadoras del país.
En ciudades como Los Ángeles, han tenido lugar manifestaciones de rechazo al mandato que ha surgido igualmente en escuelas, indicó un reporte de Telemundo. Algunos padres defienden la “libertad” de escoger vacunarse o no. El distrito escolar de Los Ángeles exigió que los alumnos de 12 años y más sean vacunados para ingresar a las escuelas.
Las órdenes involucran a casi 100 millones de personas en EE.UU. El plan del Gobierno exime de la obligación de vacunarse a aquellos que califiquen a una excepción por salud o religión. Aproximadamente 17 millones de trabajadores de la salud en hospitales, clínicas y otras instalaciones que aceptan pagos de los programas Medicare y Medicaid (financiados por el gobierno) deberán también recibir las dosis.
“Hemos sido pacientes”, aseguró Biden al presentar este jueves su plan. “Pero nuestra paciencia se está agotando y su negativa [a vacunarse] nos ha costado a todos”, advirtió.
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