Un ejemplar de manatí fue avistado en la zona de pesca de Santa Fe en La Habana y los cubanos han compartido imágenes del suceso, que es cada vez más inusual, pues se trata de una especie en peligro crítico de extinción.
"Muchos usuarios nos reportaron hoy sobre un manatí avistado en el punto de pesca de Santa Fe. Estaban muy preocupados de que pudiera estar en peligro por estar fuera de su hábitat. Nuestro equipo enseguida contactó especialistas y nos explicaron que no es más que uno de los beneficios de la pandemia para la biodiversidad", indicaron en el perfil de Instagram de BAC, una red no gubernamental de protección animal en Cuba.
En los vídeos, los comentarios de las personas no son amenazantes sino de admiración y respeto por el animal. Reconocen su belleza y se nota que su presencia es bien recibida en la zona. Sin embargo, uno de los espectadores aseguró haber comido una vez la carne de manatí.
A pesar de que esa es una zona natural de avistamiento de manatíes, el suceso es cada vez menos frecuente porque esa especie está declarada, en Cuba, en Peligro Crítico de Extinción y, por tanto, se encuentra protegida por la Resolución 160/2011 del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA).
Desde BAC alertan a la población que cualquier acción contra estos animales es penada por la ley. El manatí está protegido por el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de la Fauna y la Flora Silvestres (CITES), del cual Cuba es signataria.
En la página de Facebook Naturaleza Secreta de Cuba compartieron también información sobre el avistamiento y datos de interés para la población que reside en las zonas donde se han visto los mamíferos. "Manatíes en la costa. Se mira pero no se toca", es el titular del texto, publicado originalmente por el botánico y ambientalista cubano Alejandro Palmarola.
"El Manatí Antillano (Trichechus manatus) es la especie más sui géneris que habita las costas de Cuba. Puede alcanzar hasta 4 metros de longitud y un peso máximo de 1,500 kg. Avistarlo es un privilegio para cualquier cubano", señalan.
Las costas de La Habana han sido históricamente zonas de avistamiento natural para esta especie, por lo que los manatíes "no están ni perdidos, ni enfermos, están en CASA".
Los especialistas indican que la disminución de las actividades humanas en las zonas costeras ha sido favorable para que muchas especies vuelvan a sus sitios naturales o simplemente sea más fácil verlas. Ha sucedido en muchos países, entre ellos Cuba. La pandemia ha sido favorable para la a biodiversidad.
"Es cierto que una de las principales amenazas de esta joya de la fauna cubana ha sido históricamente su caza ilegal. Por tanto, debemos estar alertas", señalan y reiteran que "el manatí no se caza".
Las personas que tengan la dicha de ver un manatí no deben intentar tocarlo, acecharlo, golpearlo o hacerle daño. Tampoco nadar sujetándolo ni montar en su lomo. No se le debe ofrecer alimentos o agua y muchísimo menos, propiciar que se separen las madres de sus crías.
Lo recomendable al observar un manatí es mantenerse a distancia y respetar el comportamiento natural del animal. Si se detecta su presencia desde una embarcación, lo mejor es detener la marcha o reducir la velocidad si se va en sentido paralelo, porque muchos de estos animales sufren heridas por motores de embarcaciones.
Se pueden fotografiar y grabar sin necesidad de tocarlos ni agredirlos.
Los especialistas indican que tocar a los manatíes puede causar que "se acostumbren a los seres humanos y no todas las personas que se interesan en ellos lo hacen con buena intención. Los cazadores furtivos se parecen a ti y él no sabe diferenciar. El 'miedo natural' protege a los manatíes de estas personas".
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