El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se identificó en su biografía de la red social Twitter como “el Dictador más cool del mundo mundial”, añadiendo una nueva estampa a su fama de gobernante heterodoxo, al que muchos ven rasgos de una voluntad y un carácter autocráticos.
Llegado al poder en 2019, Nayib Bukele consiguió capitalizar el descontento de la población contra los partidos tradicionales en unas elecciones en las que una amplia mayoría de salvadoreños le dieron su voto en la primera vuelta.
A sus 40 años, el joven mandatario de El Salvador es un usuario muy activo de las redes sociales y acostumbra a dar a conocer a la población sus decisiones por medio de estas plataformas.
Una de ellas, tomada recientemente, convirtió a esta nación centroamericana en la primera en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal. El experimento, que busca reducir el costo por las remesas enviadas desde el extranjero, tropezó en su arrancada con algunos problemas técnicos.
La medida, según Bukele, tiene como objetivo permitir que los salvadoreños ahorren los 400 millones de dólares que gastan anualmente en comisiones por remesas, en su mayoría enviadas desde Estados Unidos.
Luego de ganar la mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa con su partido Nuevas Ideas, el mandatario emprendió una reforma del poder judicial que, mediante decreto, jubiló a los magistrados, jueces y fiscales mayores de 60 años. Además, con dicha mayoría en el poder legislativo, consiguió dejar abierta la posibilidad de ser reelegido en las siguientes elecciones.
Por estas y otras decisiones, Bukele es criticado por la oposición del país y ha provocado declaraciones de preocupación de otras naciones como Estados Unidos, que incluyó en una lista de actores corruptos y no democráticos a la fiscal general de Guatemala y a cinco magistrados de la Suprema Corte de El Salvador recientemente nombrados.
“No es una depuración, es una purga contra los jueces independientes”, consideró este viernes en conferencia de prensa el juez Juan Antonio Durán, líder de un movimiento opositor a Bukele, informó el medio salvadoreño Semana.
Enfocado en combatir la corrupción en países centroamericanos, el secretario de Estado Antony Blinken manifestó sus dudas sobre la legalidad de las reformas emprendidas por Bukele, que han llevado a que el presidente tenga hoy día las tres ramas del poder a su favor.
Por su parte, la embajada de Estados Unidos en El Salvador dijo en un comunicado que los magistrados habían sido incluidos en la lista por haber aceptado sus cargos "en un proceso inusual y en aparente contravención a los mecanismos establecidos en el artículo 186 de la Constitución".
Ironizando sobre las críticas que recibe por la concentración de poder que ha conseguido alcanzar, Bukele utilizó sus biografía en Twitter para alimentar lo que, según él, es una imagen distorsionada de su gobierno, llamándose a sí mismo "el dictador más cool del mundo mundial".
Sin embargo, estas acciones que muchos interpretan como de corte autoritario, así como el escaso éxito de la implementación del bitcóin como moneda de circulación legal, no han conseguido mermar la alta popularidad de Bukele.
Agotadas las vías de denuncia internas para detener su polémica acción de gobierno –gracias al control sobre el poder judicial que ahora ostenta-, los administradores de justicia del país han decidido acudir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para “denunciar al Estado salvadoreño, por la violación a los derechos humanos” que se derivan de sus reformas del sistema judicial.
“Dada la extrema gravedad y urgencia que provocan violaciones de difícil reparación, se ha solicitado que se adopten las medidas provisionales por parte de la Corte IDH o medidas cautelares por la CIDH, a fin de que solicite al Estado Salvadoreño la suspensión de la vigencia de las reformas”, enfatizaron en un comunicado.
Los nuevos magistrados de la Sala Constitucional interpretaron a inicios de septiembre un artículo de la Constitución para permitir que Bukele pueda presentarse a una reelección inmediata en 2024 si así lo desea. Bukele, de 40 años de edad y en el poder desde 2019, goza de un amplio respaldo popular y ha capitalizado el descontento ciudadano sobre los partidos que gobernaron en las últimas tres décadas.
“He decidido, para que no quede ninguna duda, no proponer ningún tipo de reforma a ningún artículo que tenga que ver con el derecho a la vida (desde el momento de la concepción), con el matrimonio (manteniendo únicamente el diseño original, un hombre y una mujer) o con la eutanasia”, escribió el mandatario en su cuenta de Facebook, con la intención de mostrar talante negociador y democrático con temas que no forman parte del núcleo reformista que le garantizan a Bukele un poder cuasi totalitario.
Ante semejante “concesión” del mandatario con los sectores conservadores del país, el director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, cuestionó la postura de Bukele vía Twitter: “Por si algún incauto aún pensaba que Bukele es un líder moderno", escribió.
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