Yunior García Aguilera, dramaturgo y promotor de la convocatoria a la marcha contra la violencia del próximo 20 de noviembre, dijo a CiberCuba que los organizadores aspiran a una manifestación nacional que involucre a toda la sociedad cubana.
A la pregunta de por qué el 20 de noviembre, el director de Trébol Teatro explicó que para esa fecha, las fronteras del país estarían abiertas, lo que facilita extender la manifestación por toda la isla.
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La intención es que sea “una marcha nacional”, dijo, con tiempo suficiente para “convocar a todos los activistas en todas las ciudades de Cuba, en las provincias, y no solo en las provincias sino también en los municipios y en los pequeños poblados”, precisó.
Antes no era buen momento, consideró el dramaturgo: “La crisis por la pandemia en el país era bastante fuerte y la gente estaba rechazando con mucha fuerza las convocatorias que hacía el Gobierno para estos actos de reafirmación revolucionaria que hicieron posterior a la fecha del 11 de julio”, dijo.
Sin embargo, después del 15 de noviembre, fecha anunciada por el gobierno cubano como punto de partida para la flexibilización de medidas de contención de la Covid-19, ya no sería insensible ni peligroso reunirse.
“Cuando el país anunció que iba a abrir las puertas al turismo, entendimos que era entonces el momento de anunciarlo. Si el país estaba listo para recibir turistas de manera libre y abierta, también estaba listo para asumir una marcha”, aseguró el dramaturgo y aclaró que se seguirían todas las leyes y medidas sanitarias.
Tomando como precedente la represión a toda forma pública de disenso en Cuba por parte de las autoridades, el también actor observó que “es lógico esperar una respuesta negativa” de quienes ostentan el poder. No obstante, agregó, “manifestarse es un derecho, y si ellos nos niegan esa posibilidad los que estarían cometiendo un delito serían ellos”.
García Aguilera se refirió a las garantías constitucionales de reunión y asociación refrendadas específicamente en el artículo 56 de la Carta Magna y que constituye un derecho reconocido en el artículo 20 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. También apuntó a la no existencia de una ley de manifestación que regule la forma en que se ejerce este derecho.
Al mismo tiempo, se mostró optimista ante la posibilidad de que las autoridades no objeten la marcha. Su argumento descansa en que “el país se encuentra en una situación muy delicada, muy comprometida porque está recibiendo el rechazo de la comunidad internacional justamente por la forma violenta y represiva con que se comportaron el pasado 11 de julio”.
El 16 de septiembre el Parlamento Europeo votó una resolución de condena al gobierno cubano por el aumento de la represión, tras el estallido popular del 11J y acordó sanciones a los comisores de violaciones de derechos humanos en Cuba.
Igualmente, durante la recién concluida VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el mandatario cubano Miguel Díaz Canel recibió duras críticas de jefes de estados como Guillermo Lasso, de Ecuador, y Luis Lacalle Pou, de Uruguay.
En cuanto a la organización de la marcha del sábado 20 de noviembre, García Aguilera señaló que estará a cargo de varios ciudadanos y agrupaciones de la sociedad civil. Entre ellos destacan integrantes del Movimiento 27N, Archipiélago y el Consejo para la Transición que ya han confirmado su intención de unirse en esta iniciativa.
El objetivo es pronunciarse públicamente contra la violencia y en favor de la liberación de los presos políticos. El dramaturgo advirtió que corresponde a las autoridades evitar que grupos contrarios coincidan en el mismo espacio. “Es responsabilidad del gobierno evitar enfrentamientos”, sentenció.
De igual modo, insistió en que se trata de una marcha pacífica, “contra la violencia y por los derechos de todos los cubanos, incluidos los cubanos fuera de Cuba”, a los que invitó a sumarse si viajaban por esos días al país o desde sus países de residencia. “Queremos que sea una cosa de toda la sociedad cubana”.
Este martes, una veintena de cubanos, solicitaron en las oficinas del Gobierno Provincial de La Habana y del Intendente del Consejo de la Administración Municipal de La Habana Vieja, un permiso para realizar una marcha pacífica en la capital el próximo 20 de noviembre.
La marcha por la no violencia tiene su antecedente en su homónima del 2009 cuando, casualmente en noviembre de aquel año, decenas de jóvenes tomaron las calles y lograron avanzar unas cuadras por la capital con carteles y vítores de paz.
Entre ellos se encontraban Luis Dener, Los aldeanos y otros raperos, frikis y rockeros de entonces que lograron poner sus diferencias a un lado en nombre de la tolerancia y el respeto a las libertades fundamentales.
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