La escritora y activista Katherine Bisquet afirmó este domingo que la policía política cubana impuso el exilio a ella y a Hamlet Lavastida como única opción para la excarcelación del artista, quien se encontraba detenido desde junio pasado en Villa Marista.
En una publicación para la revista de periodismo narrativo El Estornudo, Bisquet dijo que se trató de un "plan macabro" desplegado por el poder político sobre la vida de ambos, al cual llamaron «racionalidad política».
Cuenta que durante el transcurso de esta última semana, fue conducida por miembros del aparato represivo a la gestión de todos sus trámites migratorios, y fueron ellos los que se encargaron de agilizar el proceso, prorrogando de manera inmediata sus pasaportes y sus pruebas de PCR para poder viajar.
En ese tiempo, comenta, escuchó que a "ellos no les convenía que Hamlet estuviese preso y que, debido a esta «racionalidad política», decidían excarcelarlo bajo la condición de la salida del país de ambos".
El sábado 25 de septiembre –relata Bisquet– Lavastida "fue conducido por la Seguridad del Estado directamente al aeropuerto José Martí desde una casa de protocolo donde se encontraba aislado desde el día 20 de septiembre y de la cual desconoce su ubicación, ya que fue transportado a ese lugar con la cabeza entre sus piernas".
Asimismo, la Seguridad del Estado la trasladó a ella hacia el aeropuerto desde la renta que compartía con la activista Camila Lobón en Centro Habana, y no le dieron la posibilidad de despedirse en el aeropuerto de su padre ni de otros familiares.
"Nos han violado, nos han expatriado, nos han asesinado, nos han encarcelado, nos han censurado, y todo ha sido silenciosamente, bien de cerca, en nuestro patio, en nuestra propia casa", denunció la escritora.
Al respecto, consideró que la Seguridad del Estado ha logrado que en el espacio de coexistencia de los cubanos se normalice y asimile la represión de forma natural.
"Ya no de manera pasiva, sino de una forma bastante familiar y sin extrañezas, lo cual los convierte a ellos en una maquinaria mucho más eficiente y perdurable. Y es este precisamente el cáncer que se ha apoderado de los cubanos durante décadas, el cáncer que crece a discreción dentro de nuestras almas", lamentó.
Sin embargo, en su texto publicado luego en Facebook la escritora afirma que en Cuba "tenemos muchas cosas por hacer, muchas cosas que construir. Y por eso mismo no puede quedar margen para la parálisis, para la desidia, para la derrota".
Explica que en los últimos meses algo ha cambiado en el pueblo de la isla, y en ese fragmento que ha gritado en las calles "con la voluntad de cambiar las cosas".
Denunció que continúan más de 800 personas encarceladas o desaparecidas por manifestarse el pasado 11 de julio y que siguen presos Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel Osorbo y Esteban Rodríguez en cárceles de máxima seguridad por expresarse libremente.
"Hoy tengo que apelar al exilio. Hoy hay un pueblo vivo. Y en todo eso hay esperanza. Hay una fuerza por crecer. Una fuerza que se acumula en nosotros", subrayó.
"Nada quedará impune", dijo la escritora.
La víspera Lavastida y Bisquet fueron desterrados a Polonia –donde el artista tiene un hijo– por el régimen cubano, que lo encarceló en junio pasado cuando regresó a Cuba luego de concluir una residencia artística en Berlín.
El artista fue conducido desde el centro de aislamiento donde realizaba la cuarentena establecida en los protocolos anti COVID-19, hasta el centro de detenciones de la Seguridad del Estado conocido como Villa Marista, en La Habana.
Una nota del Ministerio del Interior informó a los pocos días de su arresto que Lavastida había sido acusado de "incitación a delinquir" por haber incitado y convocado "de manera reiterada" a la realización de "acciones de desobediencia civil en la vía pública", mediante el uso de las redes sociales.
"Entre las actividades se encuentran la ejecución de protestas, tomar las calles y realizar acciones similares a las que han ocurrido en países de Europa del Este, con intención provocativa", señaló el comunicado.
Tras su arbitraria detención el régimen ha sido presionado por la comunidad internacional para que lo libere, por lo que decidió enviarlo a Polonia con una visa de reagrupación familiar.
Katherine Bisquet también llevaba meses sin poder moverse libremente, pues la Seguridad del Estado ha mantenido vigilancia permanente sobre su vivienda, al tiempo que la ha sometido a acosos y chantajes, según ha denunciado.
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